Buenos Aires inestable,apurado,excéntrico,agobiante por momentos,medio lúgubre a veces pero siempre siempre con una chispa de luz ya sea del sol o de la luna o de las miles de luces de las calles...
Somos tan parecidos el micro centro porteño y yo.
Alocados.
Histéricos.
Nerviosos.
No aptos para cualquiera.
Hay que llevar en alto la frente luego de pasar toda una mañana caminando entre la muchedumbre de todo tipo,raza,color,credo y ni hablar de los malditos guarangos que no soportan ver una remera un tanto escotada o un jeans apretado que es casi imposible que mantengan su lasciva boca cerrada y suelten un intento de piropo tipo violador.
Porque el"que linda sos" o similares son un halago pero esta "raza" son casi violadores verbales.
A la mayoría he aprendido a ignorarlos.
Pero tan parecida soy a Buenos Aires que de vez en cuando como una precipitación de una tormenta esos seudos violadores verbales reciben de mi una respuesta que los deja estupefactos.
En realidad me comparo mejor no con el micro centro aunque también puedo ser agobiante.
Con la Capital Federal me llevo mejor.
Somos más similares.
Pasando la Panamericana para mi hay poco o nada.
Para encontrar lo que quiero debo cruzar muchísimos kilómetros y hasta saltar fronteras.
Ahí recién podría decir que después de Capital Federal hay otras cosas.
Las hay, mis seres queridos están allí.
Pero no pudiendo ir a ellos y ellos siendo tantos que es casi imposible viajar para acá por ahora me quedo en la Capital.
Las playas me han hartado un poco y con mi piel tan blanca y teniendo en cuenta que casi nunca encuentro acompañante para ir me quedo en mi casa.
Mi casa...cerca del Obelisco a cuadras para ser exactos llena de ruidos,sirenas,colectivos que no parecen descansar,taxis enloquecidos(pero al igual que los colectivos cuando necesitas uno con urgencia encontrar uno u otro es casi un milagro o el viaje se vuelve una odisea)con los vecinos que todo espían,con algún malabarista o limpia vidrios,con sus obras a medio construir,con sus edificios enormes,masas de cemento que bloquean la vista al cielo desde mi ventana,mi barrio.
Enloquecido como toda la Capital Federal.
Mi jungla de cemento.
A veces creo que todo porteño que se precie de serlo debería decir que vive a cuadras del Obelisco.
Por suerte si tengo ganas de escapar del cemento tengo cerca emblemáticos parques donde puedo ir a pisar el verde césped y hasta conseguir un buen libro o algo en sus ferias...
Si quiero ver arte del bueno tengo toda la avenida Corrientes para investigar en sus teatros.
Si el arte que busco no necesita actores pero si artistas tengo varios museos semi cerca entre ellos el Metropolitano y el de Bellas Artes.
Aunque para ser sincera hace tiempo no los visito.
Digamos que tengo todo casi al alcance de la mano.
Capital Federal mmmm
Buenos Aires.
No en vano Gardel y Lépera le dedicaron un tango.
Es una ciudad casi completa.
A mi me llena bastante y mis requisitos son muchos...
Cambiara muchas cosas pero eso si esta lejos muy lejos del alcance de mi mano.
Es enero.
La mitad o casi han emigrado de la ciudad y el clima esta tan loco o más que yo.
He sobrevivido a las fiestas,a todo diciembre con sus cargas y algunas adicionales.
En esta gran metrópolis y con la tecnología al alcance de la mano siempre hay algo que hacer,alguna fiesta,alguna película que ver alguna charla vía whatsapps con alguien.
Pero estando media aburrida de la P.C. las redes sociales y demás decidí que aunque el clima este indeciso y caprichoso(tan parecido a mi)necesitaba un poco de noche porteña.
Lamentablemente la cantidad de lugares que habían cerrado (eran mis favoritos)pero eso no impidió que me vistiera,maquillara y a regañadientes agarrara el sacón de cuero para protegerme de algún que otro chubasco que las noticias del clima prometían para esa noche.
No me arregle demasiado,solo un poco más de lo usual,deje el sombrero(hace tiempo lo tengo abandonado)me puse mis mejores jeans, una camisa un tanto audaz,mi par preferido de botas y algunos accesorios de bijouteria.
Cargue mi cartera con el maquillaje,un cuaderno,mi billetera,el celular y salí rumbo a San Telmo.
Siempre hay un after office o algo así para beber un trago y ver caras nuevas y perderme en otros pensamientos.
He estado tan encerrada en mi misma que esta salida era casi un escape.
El colectivo avanzaba lento pero seguro,yo sentada saque mi celular y avise a mis contactos de confianza que iba a salir a trasnochar.
Uno(no voy a decir quien) me respondió:¿cacería viuda negra?
Solo respondí con un:no creo jajajaja pero te aviso si necesito de tu base de datos.
Llegué a San Telmo más precisamente a un bar miré a mi alrededor me gusto y encamine para la barra,me pedí un trago y mientras esperaba note que los bancos de la barra eran por demás incómodos masculle una queja pague el trago y me fui a un reservado.
Realmente no quería compañía.
Así que ahí estaba por demás segura pensé ingenuamente.
No tardo en caer el primer insoportable con la típica pregunta:¿Que hace una belleza como vos sola?
Odio la pregunta y odie al que la hacía,tan aburrida de ese cliché estoy que es automático me dicen eso y mis ojos se abren de una manera infernal,mi pecho se infla de mezcla de ira y ego,y mi boca hace un gesto de desprecio peor que el más cruel de los improperios que de ella puedan salir.
Este hombre no debió notar esos gestos y se llevo de recuerdo una humillación.
Es común en mi humillar a los hombres.
Usarlos.
Y luego de un mes o dos ponerme insoportable y esperar que ellos sólitos me dejen con un insulto ya que les busque la guerra y les jugué a la nena caprichosa.
A veces me gusta quedar en víctima.
No siempre.
Pero si me hartan desde un comienzo al mes sin más ni más, sin aviso previo los bloqueo.
Los saco de mi sistema como quien saca la basura.
Creo que de ahí nació mi apodo "la viuda negra" y de mi ropa en realidad ambas cosas.
En realidad si el hombre no es descomunal,o no tiene magia para ganarme no me gusta que me aborden,prefiero ir yo a ellos.
Teniendo en cuenta como había arrancado la noche no quedo otra que poner el atajo a contacto y tildar el celular en una foto de ese mismo contacto donde realmente se ve despampanante y que pocos al ver eso y preguntar si es mi novio soportan la cantaleta que he creado en torno a él y huyen a "tierras" más serenas.
Bebí un sorbo del trago me supo raro.
Como estaba dentro del bar no podía fumar otra vez traslade mis cosas hacía una mesa afuera que aún tenía unas gotas de la llovizna de la tarde y encendí un cigarrillo y eche el humo por la boca con ira.
¿Acaso una mujer como yo no podía solamente querer un trago?
¿Era necesario un acompañante masculino?
Pero mirando el cielo tratando de divisar la luna que se ocultaba por ratos tras alguna nube mi ira desapareció.
Yo no hacía nada y los hombres me miraban igual.
Eso alimentaba mi narcisismo.
O coquetería femenina como prefieran llamarlo.
Yo tampoco hacía nada para pasar desapercibida la mayoría de las veces,mi altura,mis gestos al caminar para mi tan comunes y para el resto del mundo tan atractivos.
De prono pasaron ante mi dos mujeres voluptuosas una llevaba puesto un vestido demasiado elegante para el lugar la otra una minifalda que dejaba poco a la imaginación(yo me vestía así solo para ocasiones especiales no me gustaba andar cargando en mi cartera todo el dinero y haciendo piruetas con mi celular o sea si tenía un evento o una salida programada si sacaba ese tipo de ropa sino quedaba en el ropero) la del vestido dijo entre risitas nerviosas lo bueno que estaba aquel tipo y la de pollera insinuó que con él todo.
Ni me moleste en mirar a donde señalaban y seguí el hilo de mis pensamientos.
Como un relámpago una idea vino a mi cabeza y saque de mi cartera mi cuaderno y empecé a escribir sobre las malas decisiones que había tomado en cuanto a hombres se trataba.
Los nombres eran varios.
Y algunos eran omitidos porque ni para eso estaban en mi memoria.
Mire el cielo una estrella titilaba me recordó a una noche lejana,en otro barrio y recordé todo lo que había pasado desde aquella noche.
¿Que sería de aquel hombre?
Abrí mi celular lo busque y lo encontré pero no on line.
Por lo que recordaba estaba en otro país y seguramente lleno de mujeres que le hacían la vida imposible pero a la vez lo hacían feliz...allá él.
Al verme on line un contacto de Madrid me pregunto que hacía me reí tome un par de fotos del lugar y mías se las envié y le pregunté si no extrañaba todo eso.
Respondió que solo la noche y mi compañía.
Estaba a punto de llamar cuando a mi lado paso una pareja de esas que van tomadas de la mano como si fueran a perderse.
Y una nausea vino a mi boca.
Odiaba esas demostraciones.
-Necesito poesía para vivir pero no dulce de leche con miel-
Escribí en mi cuaderno y subí las fotos a las redes sociales,me veía bien,me sentía glamorosa,¿por que no compartir eso?.
Eran contados los que lo verían pero las fotos eran para mi.
Para mi ego.
Para mi recuerdo.
Cerré la apps,el celular y di la última pitada a mi cigarrillo.
Me disponía a seguir escribiendo cuando una gota cayó sobre el cuaderno mire al cielo y la lluvia ya empezaba.
Recogí rápido mis cosas y entre al bar,al entrar el reservado que había estado ocupando yo previamente ahora era utilizado por unos hombres tomando cerveza.
Camine a lo largo del salón,no sin recibir miradas lujuriosas y la invitación de beber de un hombre.
Estaba aburrida.
Pero ese hombre no valía mi atención en realidad nadie ahí la valía.
No,no había mentido esto no era "una cacería" era una simple salida para despejar.
Pero por más que trataría de despejar un pensamiento volvía a mi cabeza.
La música del bar no me atraía ni distraía más bien me aturdía un poco.
Pensé en que estar en ese bar y estar en mi casa eran casi lo mismo,solo que en mi casa la música sería otra y no habría tragos.
Ya estaba cayendo en una especie de trampa mental que a pesar de todo y de todos siempre surgía cuando un hombre de unos cuarenta bien cumplidos llamo mi atención,estaba sentado parecía no querer saber nada con nadie.
A su alrededor giraban las miradas de casi todas las mujeres en el bar.
Llame al mozo le pedí una copa de champagne y seguí observando.
Ese hombre tendría unos cuarenta y tres años,llevaba puestos unos jeans rotos,una camisa azul ,un cinto blanco de cuero y unos zapatos negros.
¡Vaya combinación de mal gusto! pensé.
Luego aviste su campera de cuero en el espaldar de la silla.
Era la versión ,masculina de mi sacón de cuero.
Bebía un trago blanco.
Pero el desfile de mujeres que pasaban a su lado coqueteaban hasta hablaban con él y él las rechazaba era casi gracioso.
¿Se creía el rey del lugar?
¿Era el último soltero?
¿O que?
Me reía para mis adentros de su petulancia y de la humillación a la que se exponían las mujeres por aquel hombre.
No era la gran cosa.
Estatura promedio,cuerpo promedio,pelo oscuro corto,ojos ¿de que color tenía los ojos? cierto no se los había visto pero ya tendría mi oportunidad.
Estaba sentado cerca del baño de damas y yo necesitaba ir.
Ahí al pasar le vería los ojos.
Para mi los ojos de un hombre son un libro aunque estén escritos en gaélico los sé leer.
¿Pero debería entrar al juego?
Él estaba jugando y yo estaba aburrida.
Tal vez...
Al salir del baño pude ver sus ojos,su mirada era peor de lo que esperaba.
Sus ojos decían a las claras "petulancia".
Sería un lindo desafío vencer a ese hombre pensé,luego recordé que para petulante estaba yo y seguí de largo hasta mi mesa.
Bebí de un sorbo lo que quedaba del champagne y ya me alistaba para volver a mi casa cuando una mano sujeto mi brazo y dijo:
-Afuera te espero para hablar.-
Mire por encima de mi hombro; era el petulante.
Reí para mis adentros no había hecho nada y sin embargo quería hablar conmigo.
Ninguna artimaña mía y quería hablar conmigo.
¡Vaya subida de ego la mía!
Salí y lo encontré en la puerta fumando un cigarrillo pase a su lado lo mire bien pensé para mis adentros:una noche de diversión,más el premio de que todos vean que se va conmigo.
-Hola,¿querías hablar conmigo?-Le pregunte
-Si,niña con vos quiero hablar pero no aquí vamos a un bar acá cerca.-
-¿Si me niego por haberme llamado "niña"?.-
-Perdón ¿te gusta más muñeca?.-
-No,porque no vas a jugar conmigo.-
-No,obvio que jugar con vos sería perder y yo no pierdo.-
-Eres más petulante de lo que yo creía,me voy.-
Y ya estaba apretando mi cartera contra mi seno cuando la misma mano que me había tomado dentro del bar suavemente me tomo con más firmeza de la muñeca.
-Soltame o grito.-
-Ni te suelto ni gritas,vamos a hablar reina del sarcasmo.-
-No vamos a hablar príncipe de la petulancia.-
-¿Y que estamos haciendo ahora?-
Me había vencido en un round.
Me gustaba eso,aunque su manera de hablar era demasiado brusca ya me había topado con hombres como él y cuanto más bruscos eran luego en la intimidad más tiernos resultaban.
-¿Donde quieres ir?.-
Pregunte con tono sarcástico.
-Acá a un par de cuadras,es otro bar,estaremos lejos de los buitres y los lobos que nos acosan,palabra.-
-Ok.-
Caminamos en silencio encendí un cigarrillo y me miro con ojos despectivos.
-¿Te molesta que fume?-
-Yo también fumo,no me molesta solo miraba el gesto de tu boca al exhalar el humo.-
-¿Que tiene?.-
-Es una trampa.-
-¿Trampa? Fumo hace años.-
-No, es una trampa de seducción.-
-¿Así?-
-Si no me mientas tu abrigo,tu ropa,tus pulseras todo es una trampa caza hombres hoy sutil,me gustaría verla en toda su gloria.-
-¿Como? Realmente no te entiendo de que hablas,esto ya es charla de dementes.-
En lo que había dicho esa frase habíamos llegado a otro bar me abrió la puerta cortésmente entré me gusto el lugar de inmediato,ni muy oscuro ni muy luminoso,la música que sonaba era agradable y no estridente el volumen.
Era raro que yo no conociera ese bar.
Nos acomodamos en una mesa cerca de la ventana,llamo a una moza y le pidió champagne rosado.
Lo mire con desdén.
Respondió a mi mirada con palabras:
-No me gusta el extra brut,preferiría vino pero tu no lo bebes.-
-¿Como sabes tanto de mi?.-
-Te observe desde que entraste.-
-Muy bien y dime ¿que había que hacer para hablar contigo en ese bar?.-
-Simplemente ignorarme como vos lo hiciste.-
-¿Y por eso he ganado la cita?.-
-No,no has ganado nada.Has encontrado un igual.-
-A ver eres petulante,creído,caminas que crees que las mujeres deben tirarse al suelo a besar las baldosas que tus zapatos pisan,no gesticulas una sonrisa ni para las más bellas ¿y yo soy tu igual?-
-Eres mi yo femenino.
Todo en ti es una trampa caza hombres,el jeans apretado para mostrar tus piernas pero solo la silueta,las botas altas,el sacón de cuero,las pulseras que tintinean cuando enciendes un cigarrillo,los aros largos que dejan ver el largo de tu cuello ese camino minado de un perfume sutil pero potente de esos que se impregnan en la nariz del hombre luego del primer beso.
Admítelo eres una depredadora igual que yo.-
-Tal vez.
Mírate tu el jeans roto como casualmente pero es obvio que fue comprado así,el cinturón blanco que no combina con los zapatos,el reloj que miras de vez en cuando como fingiendo que esperas a alguien cuando no es así,la mirada que dice "adorame". y podría seguir.-
-Veo que me has mirado.-
-Imposible no hacerlo el bar entero te miraba.-
-No solo las mujeres y algunos hombres con envidia.-
-Jajajajaj creídito el señorito.-
-Casi tanto como tu y tu cartelito en la frente:no te acerques o pagaras por todos,sobre todo por el que puse el atajo en la pantalla del celular,ese asusta a cualquiera,ningún hombre es él.-
-Acaso no crees que sea algo más que un señuelo,puede ser mi hermano.-
-No lo es,sino no hubieras mirado la foto y suspirado,bajado los ojos con tristeza y cerrado los ojos con fuerza como para olvidar y luego de ese momento de debilidad volver a ser la ególatra que eres.-
-Honor que me haces,soy totalmente narcisista.Me ha costado mucho ser lo que soy y no hablo solo de lo físico.-
-Lo sé o mejor dicho lo imagino gente como nosotros no tienen un pasado brillante sino doloroso.-
-De ahí es que lastimamos a todos.-
Respondí con urgencia no nos habíamos dicho los nombres pero si eramos la versión femenina y masculina de la denigración del otro genero.
De los juegos macabros.
Del no amor sino la seducción pura y dura.
Del nunca estar completos.
Del eterno buscar a ese alguien que nos completará sabiendo que estamos enteros y perfectos.
Pero necesitamos a alguien que nos mantenga el ego alto.
La atención fija.
Que no deje que nuestro corazón herido se hiele.
La eterna búsqueda sin jamás encontrar más que casuales amantes que ni llamamos así por respeto a nosotros mismos.
El narcisismo en su más alto nivel en dos personas de distinto genero utilizado justamente para humillar al genero opuesto.
Todo eso y más eramos nosotros dos.
No hizo falta decirlo ambos lo sabíamos solo que rara vez lo admitíamos.
Él lo leyó en mis ojos y yo en los de él.
-Herimos,somos dos cuchillos...¿perdón tu nombre?-
Su voz se había vuelto totalmente seductora.
-Marvela.-
Dije con el tono más sexy que pude emitir,moviendo mi cabello a un costado con un gesto de extrema coquetería.
-¿En serio Marvela? Vaya tienes hasta el nombre a favor en extravagancia el mío es Lucio.-
-Si Marvela con V corta preferiría que fuera con B larga pero... si vamos a las preguntas¿soltero,divorciado o viudo?.-
-Soltero,viudo mejor dicho.-
-De ahí el reloj,la espera de la que no va a venir.-
-¿Clase de psicología?.-
-No un simple ardid que por ahí usas a favor para llamar la atención o que lo haces sin darte cuenta.-
-El reloj, si ambas.-
Le había ganado un round.
Ahora estábamos en iguales condiciones.
Bebimos nos contamos todo lo que no podíamos deducir a simple vista del otro o casi todo porque gente como nosotros jamás cuenta todo a nadie.
Unos saben una parte,los otros otra entre todos llegan a saber el gran misterio que somos.
Diseminamos nuestros detalles,nuestros logros,nuestros miedos,nuestras frustraciones y demás en distintas personas.
Porque creemos que una sola no podría con todo lo que acarreamos nosotros.
En eso estuvimos también de acuerdo.
Bebimos otra botella de champagne y le dije:
-No eres porteño como yo.-
-Si nací aquí pero no amo esta ciudad con tu pasión.
No la presumo.
Es más muchas veces he intentado huir de ella sin lograrlo,tu estas porque quieres yo porque no puedo escapar.-
Round ganado para mi y era el segundo.
Mi sonrisa se lo debe haber dicho ya que rápidamente se incorporo y dijo:
-Que altivez provoca tu triunfo.
Que rayo de perversidad y victoria marcan tus ojos.
No querrás hacer la guerra conmigo,somos demasiado semejantes.-
-Eres el desafió supremo pero derrotarte puede implicar derrotarme.
Estoy en duda.-
-¿Defiendes a tu genero o solo es para escribir en tu cuaderno?.-
-Mmmm mi cuaderno,mis redes,mi mundo.-
-Un mundo al que pocos sobreviven-
-Jajajajaj-
-Eres más atractivo cuando ríes.-
-Lo sé.Gracias.-
-¿Como no amas esta ciudad?-
-Es tan loca casi ebria.-
-Igual que yo jajajaja-
-Deberíamos irnos de aquí a un lugar más privado.-
-Por Dios ¿realmente quieres eso?.-
Mi pregunta quedo flotando entre los dos unos segundos pero a los dos nos pareció una eternidad.
Imaginarnos en una cama teniendo sexo era el reto máximo.
Miles de preguntas vinieron a mi mente y por el extravió de su mirada también a la de él.
Pero eramos audaces.
Dos cuchillos que habían provocado muchas heridas.
Después de meditar un rato respondió:
-Si vamos yo quiero.¿Tu no?-
-Si yo también.Pero ni tu casa ni la mía.-
-Obviamente Marvela.-
Llegamos a un hotel yo tengo la costumbre de llegar y sacarme los zapatos,el reloj y la bijouteria y colgar la cartera con el celular dentro.
Él ni bien entro se saco el reloj lo guardo en el bolsillo de su campera y la colgó al lado de donde yo había colgado la cartera.
Luego con una rigurosidad impecable saco su celular abrió miles de apps registro todo y lo apago.
-Bien oculto lo tenías.-
Dije señalando el celular de alta gama muy superior al mío.
-Es para trabajo y demás...-
Dijo con mirada perversa.
Luego todo paso.
Hicimos la guerra y la paz en aquella cama.
Pero ninguno quedo satisfecho,no era el choque que habíamos esperado.
Y estábamos ambos decepcionados.
Quisimos detener el mundo pero no pudimos.
Yo lo había logrado antes.
Él también.
Y sobre ello hablamos durante lo que quedo de tiempo y de como cortábamos a nuestras victimas.
Él decía que eramos cuchillos y que sin querer la mayoría de la veces heríamos en defensa propia.
Tal era nuestro compromiso con nosotros mismos.
Yo decía que si los hería era porque me aburrían y no sabían como mantenerme interesada o porque simplemente se lo habían buscado.
Yo era una jugadora ellos unos ineptos que caían en mi juego.
-Marvela somos cuchillos afilados herimos,esto de recién lo hicimos para mutilarnos,no fallamos solo que en nuestra búsqueda de la dominación y el poder sobre el otro ninguno uso sus tretas vulgares,usamos las VIP y fallamos,nos herimos porque quisimos.
Somos masoquistas.-
-Si lo admito tengo algo de eso...pero yo no use ningún truco. Fui real.-
Admirado y desconcentrado quedo unos minutos.
Era un golpe bajo.
Pero era real.
Nos quedamos mirando sus ojos no me decían nada...
Luego al salir nos miramos como dos extraños.
Agendamos nuestros teléfonos y tal vez algún día cediéramos.
Ninguno había ganado más que un poco de orgullo.
Pero encontrarse con alguien tan similar en la vida a uno mismo representa miles de problemas.
Sobre todo uno.
El más letal para nosotros.
El enamorarse.
Si nos enamoramos estamos perdidos.
Prometí llamarlo y él a mi.
Al llegar a mi casa inmediatamente borre su numero él debe haber echo otro tanto.
Pasaron semanas Buenos Aires seguía inestable y yo cada vez que llovía me quedaba pensando en si en serio había lastimado a alguien en mi vida.
O simplemente tenía esa ilusión para tapar mis propias heridas.
Luego de varios días con ese pensamiento rondando de mañana a noche en la cabeza decidí que si, era un cincuenta por ciento cierto.
Pero dos cuchillos jamás servirían más que para cortar.
Nunca supe de él.
Mejor así.
No me gusta cargar con tantas cicatrices,ajenas o propias...
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