Una relación es como una hermosa taza.
Se compra, se encuentra, se estrenase usa frecuentemente para el desayuno y otras cosas.
Pero ... la taza se agrieta; tal vez se cae.
No se rompe.
Solo que agrieta.
Aún no chorrea,ni se ve la marca, es totalmente funcional.
Sigue siendo una taza con una marca por el uso.
Nada de importancia.
La taza se sigue usando con un poco menos de cuidado y por alguna razón se golpea y queda sin el aza.
Ya es una taza rota.
Pero sigue siendo bonita y alegra, se sigue usando.
Tratamos de pegar el aza pero es imposible, queda despareja y se sale; se usa
sin aza.
Cuesta más agarrarla ya que hay que tomarla con las dos manos y a veces el contenido esta demasiado caliente y nos quema.
La taza ya perdió bastante de su encanto pero teniendo una sola taza...se usa.
Se piensa en conseguir una nueva taza y dejar esta, pero la idea da pereza por ello se sigue usando.
Ya tiene un desgaste importante.
Otro día un mal golpe al lavarla por ejemplo la vuelve a rajar aunque esta vez si empieza a gotear.
Se pega.
Se restaura queda muy bien a la vista aún sin el aza.
Resiste.
Pero no es tan útil ni bonita como lo fue al principio.
Hasta que un mal día la taza se estrella contra el piso.
Queda hecha añicos con una fortaleza y paciencia increíble la armamos pero chorrea.
Ya no es una taza.
Ni es bonita.
Ni es agradable a la vista.
Es un recuerdo.
Y la convertimos en por ejemplo; un tazón para poner las tarjetas que nos dan en calle.
Se lo da poca importancia, se lo casi maltrata corriéndolo de un lugar a otro.
Porque en todo lugar fastidia igual que su contenido.
Un buen día nos quedamos viendo ese tazón inútil hasta con nostalgia y rabia.
Porque ya no es lo que fue.
Las grietas estarán siempre, el aza por el contrario no.
No es lo que fue; jamás volverá a serlo.
No hay pegamento ni pintura que lo arregle y mucho menos paciencia para semejante restauración.
Queda abandonada en su semi útil tarea.
Hasta que se cae con contenido y todo.
Se revisa y no, nada de ese montón de
papeles y cerámica sirve ya.
Y se tira.
Sin un " adiós"
¿ No es muy parecido a las relaciones?
Pero no es tan útil ni bonita como lo fue al principio.
Hasta que un mal día la taza se estrella contra el piso.
Queda hecha añicos con una fortaleza y paciencia increíble la armamos pero chorrea.
Ya no es una taza.
Ni es bonita.
Ni es agradable a la vista.
Es un recuerdo.
Y la convertimos en por ejemplo; un tazón para poner las tarjetas que nos dan en calle.
Se lo da poca importancia, se lo casi maltrata corriéndolo de un lugar a otro.
Porque en todo lugar fastidia igual que su contenido.
Un buen día nos quedamos viendo ese tazón inútil hasta con nostalgia y rabia.
Porque ya no es lo que fue.
Las grietas estarán siempre, el aza por el contrario no.
No es lo que fue; jamás volverá a serlo.
No hay pegamento ni pintura que lo arregle y mucho menos paciencia para semejante restauración.
Queda abandonada en su semi útil tarea.
Hasta que se cae con contenido y todo.
Se revisa y no, nada de ese montón de
papeles y cerámica sirve ya.
Y se tira.
Sin un " adiós"
¿ No es muy parecido a las relaciones?