Es una noche oscura,llena de recuerdos en la amplia habitación de Olivia.
La cama con cuatro pilares y las sábanas negras de
seda fina la han llamado brutalmente; se ve reflejada en el espejo de pie que
enfrenta la cama,se sorprende al ver su cuerpo y sentirlo tan frío,tan
solitario.
En la mesa de luz descansa su celular ella lo toma y solo ve las fotos de Danilo...Danilo y más Danilo.
Lo recuerda constantemente en lo profundo de su corazón como de su sexo.
Ve las sabanas negras y piensa-:Es todo tan luctuoso que hasta las sábanas están muertas.-
Hacía meses no sabía nada de él.
El dolor era intenso Danilo y ella habían tenido una relación maravillosa viajando por el mundo recorriendo las islas griegas y amándose desaforadamente.
Y ahora solo podía recordarlo,extrañarlo,sufrirlo todo le recordaba a él;estaba atrapada,presa en su habitación de princesa como Danilo solía decir.
Danilo.
Ese hombre,ese amante,esa pareja,ese amor,ese rey sexual que la
hacía vibrar con tan solo mirarla.Entre ellos a veces las palabras sobraban
sobre todo en en ámbito sexual.
¡Y que sexo tan espectacular tenía con Danilo!
La memoria es traicionera y al instante Olivia recordó el miembro de
Danilo erecto apoyado en su espalda mientras ella de pie abrazada a unos de los
pilares de la cama lo sentía junto a los besos que él le propinaba en su
cuello; un escalofrío erótico atravesó el cuerpo de Olivia.
La cortó como fuego.
El olor a vacío en la cama hermosamente adornada era casi tangible,la falta del olor sexual de hombre,entre agrio y dulce le dio el toque final.
Soltó el celular y empezó a acariciarse sutilmente recordando su piel tan blanca contrastaba maravillosamente con el negro oscuro de las sabanas
y los movimientos circulares con que masajeaba sus senos,su vientre y su sexo
ardiente.
-¡Danilo Danilo!-Gemía hasta el llanto tanto tiempo había pasado
desde esos encuentros sexuales que eran gritos y silencios.
Noches y días.
Hambre y saciedad.
Vida y muerte.
Los recuerdos se intensifican tan vividos y a la vez tan falsos,su
mano no podía hacerle sentir a su vagina lo que el pene de Danilo.
Ni su mano ni nadie más.
-¡Danilo!.- Aulló como una fiera muerta de hambre y herida.
El llanto se mezcla con el placer de esos recuerdos ardientes.
Llora y goza con esas memorias de ese hombre que la hacía estremecer como ninguno tan solo con poner
la punta de su lengua en su clítoris.
Cada vez Olivia está más llorosa y más excitada,las
caricias se vuelven una masturbación completa y desesperada,ambiciosa,codiciosa solo ansía brutalmente una cosa a Danilo sobre ella,detrás de ella,al lado de ella.
No importa la ubicación mientras llegue a sentirlo dentro de ella y que todos sus rugidos sean calmados o tengan un verdadero espectador que los gozará.
Tiene los ojos perdidos, las manos ocupadas en sus genitales
abrasados por el fuego interno,el corazón partido en mil pedazos mientras el resto de
su cuerpo se convulsiona,transpira y goza.
No es una masturbación cualquiera es una masturbación sublime y triste.
Lleva a los extremos a quien la ejecuta.
Al llegar al clímax respira hondo, lame la punta de su dedo índice y
una ola de llanto la toma prisionera.
Las sábanas estaban húmedas pero solo con su humedad,
le dolía tanto eso ,añoraba los fluidos y la transpiración de él sobre esas
sábanas.. sobre ella.
Se levanta y ve su cuerpo exaltado aún de deseo y llora mientras se
acaricia su cuello cierra los ojos recuerda el negro profundo de los ojos de
Danilo se muerde el labio inferior el deseo la atrapa de nuevo solo que esta
vez se queda de pie apoyada en un pilar mientras se masturba recordando a todo su
Danilo.
Siempre sería suyo.
Como ella de él.
Hay pasiones que llevan a la locura y más cuando dos seres son tan afines tanto sexualmente como en todos los demás aspectos.
Y este era un caso de esos.
Se habían encontrado en el mundo y se habían gozado y amado locamente.
Los recuerdos son casi palpables e insaciables como su pubis se estremecía de placer en aquellas manos varoniles y
lascivas.
Como la besaba tan vorazmente y tan tiernamente al mismo tiempo,cómo se deshacía en sus brazos fuertes,como su pene se introducía tan perfectamente
en su vagina como si estuvieran hechos el uno para el otro.
Como piezas de un rompecabezas.
Perfecta sincronía.
Orgásmica sincronía.
-¡Danilo!- Gemía entre sollozos tan grande era su excitación como su
pena.
Ahora cae de rodillas con la mano izquierda aún metida en su sexo la
había mojado con su saliva, no para tener una mejor lubricación eso lo hacía su
cuerpo solo ;sino por costumbre ella siempre introducía su mano en la boca del
ardiente Danilo era una costumbre adquirida de él.
La mantenía ahí mientras ella mordisqueaba su oreja,él besaba sus muslos,la
tomaba del pelo la tiraba para atrás ella se erguía,se dejaba caer,él la hacía
estremecerse de cualquier manera.
Todos esos recuerdos Olivia trataba de imitar pero era en vano...sin
Danilo un orgasmo era medio orgasmo.
Por eso era una mezcla de angustia y lujuria.
Un puñal placentero.
Por más que se esfuerce no llega a lograr lo que él le hacía sentir
y es tan frustrante que solo le queda llorar para terminar de desahogar su cuerpo y su alma.
Olivia se recuesta en su cama bañada en transpiración mezcladas con lágrimas…
La luna se asoma por la ventana;Olivia tenía todas
las luces prendidas y desde su cama podía mirar por la ventana
mientras su mente le recordaba momentos con Danilo respiraba agitadamente.
Deseaba morir en sus brazos masculinos una y mil veces más.
O simplemente morir ya daba lo mismo...
Al final al cabo a esa calidad de placer sexual le llaman "La pequeña muerte"
Empezaba a cumplirse su último deseo cuando su celular sonó era Danilo :
La llamaba.