Hacía semanas que llovía no todos los días pero casi...
El clima estaba por momentos húmedo.
Los días se volvían grises y ella sentía que cada gota de lluvia era una lágrima de ella.
Una lágrima que había llorado o había callado.
Tanto pesar guardaba en lo profundo de su corazón que ni ella sabía como seguía bombeando sangre en lugar de lágrimas.
El año que corría la había golpeado de todas formas.
Con un puño de acero.
Fuerte recio,sin piedad.
¿Había aprendido de esos golpes?
Ni ella lo sabe.
Algunas veces se ve más fuerte y otras solo ansía salir caminando y no volver nunca.
Pero despertaba sacaba las pocas fuerzas que encontraba y preparaba su día.
Casi todos rutinarios.
A veces aburridos otras histéricos.
De todos los golpes uno le dolía en especial.
Tal vez porque ese dolor había tenido que ver con el amor.
La gente la decepcionaba continuamente.
Ya no creía en el genero humano.
En la empatía.
O la amistad.
Pocos eran en quienes confiaba desde siempre.
Pero la lista se iba acortando.
Y ahí radicada otro dolor ...
¿Era tan ingenua?
¿O tan desconfiada?
Había perdido su antigua perversidad pero no por completo.
Aún en sus ojos se notaba un dejo de maldad y arrogancia.
-La gente tan rara,tan voluble,tan vacía,tan apurada,tan...-
Suspiro y se quedo en silencio.
Sintió una punzada en el corazón.
Aquel dolor de nuevo.
¿Como alguien podía en menos de un año cambiar así?
Aunque el cambio ella lo había notado desde el año pasado y lo había tomado como una traición.
Eran dos desconocidos.
Ella no lograba atravesar las barreras de su mente que antes él mismo le abría.
Y este último tiempo no entendía nada.
Lo veía y lo sabía hermoso.
Por el exterior pero el interior que era lo que ella más amaba ...era desconocido.
Territorio cambiante y peligroso.
La distancia y el tiempo en realidad lo habían cambiado.
Y no quedaba más que un bello cuerpo hueco.
O lleno de ideas incongruentes e ira.
Vivía para quejarse de todo y por todo y hacía menos que ella para cambiar su situación.
Ella había decidido que esta vez no.
No habría una cálida oreja donde él podría llorar y hacer berrinches.
No,esta vez no.
Y si él la buscaba esa oreja estaría estaría presta para escuchar pero cobraría un precio.
Ella también acarreaba un bagaje que él tendría que escuchar.
Los silencios eran prolongados.
Hasta llego a pensar que él sabía su estado de animo y no quería escucharla.
Que con lo de él era suficiente.
Y lo creyó por casi la mitad del año...
Pero con los últimos acontecimientos había mandado ese estúpida ilusión al tacho.
Todo lo arrojaba.
Como había hecho con su recuerdo en su cama.
Todo lo desechaba.
No resistía más con sus recuerdos tangibles.
Entonces miro su foto y se dijo:
-Me guardo tu imagen,tu sonrisa triste,tus ojos cínicos,tus palabras dulces que alguna vez fueron detrás de mi nombre.
Tu brazos fuertes.
Tu pecho donde encontraba tranquilidad.
Me reservo en un lugar muy profundo el hecho que yo me hubiera arrancado por enésima vez el corazón y te lo hubiera dado.
Retengo en otro lugar más apartado lo que te has convertido para decírtelo algún día y poder vanagloriarme de tu caída.
Me llevo tu mirada hermosa.
Y todo lo que alguna vez me causo placer de ti y lo guardo.
Lo guardo,lo aparto de mi mente,de mi alma y sigo por este sendero mío.
Eres un desconocido para mi.
Recuerdo tu exterior pero no llego a divisar el interior.
Y me duele demasiado.
Voy a priorizar y por eso te guardo.
En el olvido o por ahí...
Quizás alguna noche solitaria y aburrida cuando el clima sea caluroso recuerde todo esto y sonría.-
Diciendo eso con la voz cansada (esas escenas la agotaban) hizo un gesto con su mano en el pecho como si tomara su corazón y lo aventará fuera;en su cara.
Bajo la cabeza miro sus manos buscaba sangre en ellas; no la había.
Toda la sangre corría en forma de lluvia por fuera de su ventana.