Después de la cuarentena todos nos planteamos alguna cosa.
Tarde o temprano se nos cayó de la cabeza una idea de algo y nos rebotó en la cara tan duramente que si no lo conseguimos es porque aún no se les cayó.
Pero no teman ya les va a caer.
A las mujeres nos suele pasar más seguido o por lo menos a mi, yo no necesito tragedias de semejantes dimensiones para hacer un alto y replantearme todo.
Cuestiono todo desde pequeña pero acato normas.
Mentalidad de rebelde cuerpo de oveja o algo así debe ser.
Tampoco me obnubilo fácilmente.
No me gusta seguir tendencias de modas como los coaching y así...algo de rebelde queda en mi.
Y para mantenerlo a salvo hago una especie de catarsis...
Quizás sea una eterna disconforme...o solo busqué hacer lo imposible posible.
Porque hay tanto imposible a mis ojos que cualquier ayuda es buena.
Ya sea separando un cartón de la basura o haciendo un tramite.
Pero el mundo es un lugar hostil y cruel y me devora.
Su gente,su falsedad, las nuevas causas banales y su eterno desapego a moral.
Me siento sola.
Lloro mis perdidas.
Estoy de mal humor.
Quiero retroceder el reloj y volver a ser niña y que me arropen en mi cama.
Son días donde el mundo esta de cabeza para mi.
Imagino una genio entrando por mi ventana y dandome tres mágicos deseos y llego a la conclusión que tres no me alcanzan.
Me encierro en mi.
Busco las coincidencias más demenciales y encuentro patrones.
O grito a los cuatros vientos y siempre deseando que haya sudestada para que se me oiga mejor.
Esa limpieza es del corazón que sus grietas late y espera y sabe que todo regresa.
En grande mejorado.
Y que yo no debo cambiar tanto,solo de sitios a veces.
Que por más criminal que sea el mundo yo voy a seguir en él porque lo habito;más no mis pensamientos esos cruzan murallas igual que mis sentimientos.
Soy débil para tanto y tan fuerte para otras cosas que hasta yo me asombro de mis extremos.
Me conozco y desconozco.
Ahora ya me depure,ya si mañana caigo gateo un rato pero me levanto alta y acechante.
Las lágrimas son agua salada y deben ir a su caudal el mar.
Y el mar nunca me deja por más lejos que estemos somos uno,por más que el tiempo y nuestros habitas humanos nos separen él vive en mi.
Y será eterno hasta el día que yo muera.
No necesito la nostalgia tan seguido pero ella aparece sola y se adueña de mi mente,la corroe,hace que toda yo gima de dolor y vea "visiones" maltrechas de pasados cercanos y/o distantes no le importa el nudo en la garganta y las manos heladas.
Su meta es clara.
Cubrirme de sombras.
Lo logra hasta que la venzo,veo que el ancla no esta en el suelo sino en la luna y allí la tiro y se aferra con rudeza y me sostiene.
Ya no necesito la opresión en el pecho ni las manos gélidas ahora veo como todo regresa a su cause;se acomoda,se libera y regresa a mi.
Pacifico.
Renovado.
Amable.
Casi sensual...
Y ahí empiezo a darle guerra.
Es mi manera de vivir como siempre al borde pero en equilibrio.