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jueves, 22 de diciembre de 2022

"Amor y futbol"

Sasha es una mujer normal.
Pero con normal no digo que no sea única o casi única en algunas cosas...hoy en día no existen dos personas iguales mucho menos dos mujeres.
Parecidas ;si.
Similares;también.
Iguales ...suerte con eso.
Y a la vez pobre el hombre que tenga que soportar dos mujeres iguales en diferentes épocas de su vida,ya similares le podría causar problemas.
La mujer a cambiado mucho y no solo su manera de vestir.
Cambió su manera de amar.
Y Sasha en eso es una gran excepción ella sigue amando como al primer novio que tuve.
Un jugador de las inferiores que pasado un tiempo no llego a nada ni en el fútbol ni con ella.
Años han pasado y Sasha descendiente directa de alemanes lo que le daba un azul celeste a sus ojos que contrastaba con el blanco pálido de su piel y el rojo casi furioso de sus labios. Se ha establecido como una buena relacionista pública de una empresa de moderado nivel ha pasado por varias parejas y ha sido totalmente infiel a todos y cada uno de ellos.
Sasha misma ignoraba el motivo.
Lo hablaba en terapia pero siempre caía en la misma ratonera,algo le faltaban a esos hombres.
Este era demasiado posesivo aquel la descuidaba demasiado y tal era indiferente sexualmente.
Ninguno la llenaba.
Hasta que encontró a Germán descendiente directo de brasileros viviendo en el país desde los cuatro años fanático del fútbol cruzó ante Sasha un día en un café mientras ella se ponía protector solar en los pómulos y brazos tan sensible era su piel al sol que esto era necesario,Germán la vio y con sus grandes ojos cafés escondidos tras los poemas de Carlos Drummond de Andrade y le dedicó una sonrisa totalmente lasciva llena de sueños eróticos.
Sasha lo observó desde el mar profundo de sus ojos y noto una muñequera de un equipo de futbol nacional le devolvió la mirada correspondiendo y aumentando las fantasías.
Se quedaron mirando un tiempo corto pero se inspeccionaron tan bien tan hondo en sus ojos y en sus mentes que al levantarse Germán paso por la mesa de ella y le dejo su numero anotado en una servilleta y junto a su nombre una pequeña nota:
-Bellamente para un gran partido.-
Sasha miró el papel sonrió y se mordió los labios en un gesto de lo más provocativo.
Miles de recuerdos arrasaron su mente. Se quedo vagando en ellos unos minutos luego anoto el numero de aquel moreno en su celular tomo una foto de la servilleta pagó la cuenta y volvió a la oficina.
Al volver tuvo que soportar a las compañeras que opinaban de todo y nada a la vez Sasha no se sentía bien en compañía de mujeres quizás por haber sido criada solo por sus dos hermanos y su padre jamás encontró en la compañia femenina más que un desahogo temporal.Pero como la juzgaban el último tiempo por su trabajo y sus costumbres ya ni eso.
Al final de la jornada tomó su moto y regresó a su departamento a toda velocidad a enviar esa foto.
Germán no tardó en responder y así inició el conocimiento de dos extraños.
Germán era periodista de fútbol ahora viajaba con frecuencia a Brasil a cubrir algunos partidos.
Era dos años menor que Sasha y amaba el fútbol.
Sasha lo invitó a su casa: estaba decidida a meter un gol.
Pero Germán viajaba al día siguiente y volvía en una semana.
En esa semana hablaron y Sasha noto que por menos erraba y hablaba en portuñol.
Eso le encanto.
La excito.Y no dudo en al día siguiente mostrarle su camiseta de la selección sin nada abajo.
Fue realmente un gol de media cancha que sorprendió y encendió a Germán quien a sus palabras en portuñol le agrego un tono como de relator.
Por fin paso la semana y Germán volvió al país.
No eran ni las ocho de la noche cuando Sasha bajaba a abrirle la puerta de su casa con un perfume amaderado su camiseta y una pollera amplia que no dejaba nada que ver.
Se sentaron hablaron un rato pero la lujuria fue mayor y cayeron abrazados entre besos y caricias.
Germán quiso sacarle la pollera pero Sasha dueña y señora de sí misma lo sentó en la cama y le dijo:
-Espera aquí.-
Germán viendo la actitud de ella y fiel creyente que no hay que desobedecer a una mujer y menos a una con la cual se quiere tener un encuentro sexual se quedo en la cama.
Sasha entró al baño y salio solo con la parte de abajo de un conjunto de ropa interior blanco y una pelota de fútbol que le arrojó a la cara con toda su fuerza a Germán al grito de :
-Que empiece el partido.-
Los ojos de Germán sonrieron tan sorprendidos como encantados tomó la pelota y a ella del cuello.
-¿Quieres jugar mi querida?Juguemos.-
-Si quiero jugar pero yo voy a relatar también.-
Fue un partido espléndido empezó con una mano en los senos de Sasha y luego en la cintura de Germán y así se cometieron dos goles.
Sasha gritaba :
-Ah si si si pasala mientras Germán besaba con ardorosa deseo su vulva.-
Gritaba:
-Foul.- Si algo no le gustaba
-Gol.- Si algo le encantaba 
-Mano- Si una caricia era demasiado sutil y quería que fuese más fuerte,más extrovertida.
Luego de esos dos goles Sasha quedó desmayada por unos minutos Germán no lo tenía previsto y se asustó a tal grado que estuvo a punto de llamar a emergencias cuando Sasha volvió en sí.
Pidió disculpas era algo común en ella y más ahora.
Germán era un amante voraz y experto.
Y tanto se gustaron que o Germán relataba con voz y en idioma futbolístico sus encuentros mientras ella seguía a los gritos de ¡Gol! aún lejos del orgasmo y ¡Penal! que se volvieron a encontrar tantas veces como les fue posible.
Los vecinos empezaban a reírse de verlos juntos.
No era solo el contraste de sus etnias era los gritos de Sasha.
-¡Ay por favor estas a media cancha.!-
-Avanza por la derecha.-
-Esto debería ir a penales.-
Y toda una jerga futbolística que en cualquier otro tiempo hubiese pasado desapercibida pero ahora a esta altura del año fue imposible.
Sasha amaba el fútbol en demasía casi se podía decir.