Soy dé esa generación que ya paso de moda y sigue remando para pertenecer...
De aquellos del rock el heavy , los góticos ,los emos,los punk que en los asaltos bailábamos los lentos de Roxxete
De esos niños que el naranju(seudo jugo de naranja congelado en un plástico que lamiamos) solo nos pintaba la lengua.
Hoy es casi una enfermedad envuelta en plástico si es que sigue a la venta...
Nos curábamos con aspirinetas.(mini aspirinas)
Nos dieron todas las vacunas en las escuelas una y sobre otra algunos llevamos las marcas más grandes. Nos llevaron con el doctor Socolinsky (medico pediatra famoso).
Fuimos de a trepar el lobo marino de Mar del Plata.
De los que fuimos al Ital Park o al Parque la Ciudad.
De los que vimos los primeros dibujos animados para adultos y el primer anime.
La primera Barbie.
El principio de los shopping y los lugares mall, antiguos edificios reciclados.
Los que sufrimos pánico al escuchar: Saquen una hoja.
Éramos educados y desobedientes, pero respetuosos.
Soy de la generación perdida.
Así nos llamamos ya que la mayoría soñó y nada logró.
Perezosa generación pero fuerte sin miedo.
Generación con agallas y sin filtros.
Donde nadie debía ostentar una bandera para pertenecer. Soy de esas que tuvo compañeros desde argentinos hasta coreanos y jamás los maltratamos.
No nos importaba el color raza o credo.
Nos importaba la persona.
¡¿Que nos importaba si los padres estaban separados?!
Al revés eran los comienzos de los divorcios masivos era decir bueno saca provecho a la situación y ofrecer un hombro.
Vivíamos al límite cada uno su sueño y de alguna manera extravagante nos comimos al mundo.
Y fuimos tan bien adiestrados que luego lo deglutimos y él a nosotros nos devoró hasta las entrañas mentales.
La generación que se defendió sola y por eso se perdió.
La generación que se dejo extinguir sin otro enemigo más que ella misma.
Todos somos parte de un enorme recuerdo; una generación de soñadores de artistas de poetas de músicos de astronautas y algunos héroes que no lo han logrado.
Los que nacieron con las estrellas bendecidas han hecho su música pero son la minoría uno de cada continente con cariño u odio; también hay bandas enteras dé esta edad.
Vimos el cambio de milenio y no nos importo ni asusto.
Somos fuertes y débiles.
Somos la generación de la contradicción y la rebeldía del grito a voz de cuello y la cabeza baja ante la resignación.
Ningún camino nos fue suficiente y las grutas donde si nos sentíamos libres y plenos se derrumbaron en nuestras cabezas.
Los años pasaron frente a nosotros entre desilusiones y cambios de empleos. Nos empezamos a preocupar por la capa de ozono ya respiramos el humo y no solo sobre el agua.
De un día para el otro la mayoría estudiaba sistemas, los mismos que grafiteaban las paredes por las noches.
Y así despertando de un profundo y cómodo sueño nos dimos cuenta que ya no éramos aquellos niños mirando a los Thundercats o Heidi ni aquellos que iban a bailar tres veces por semana.
Que el tiempo había transcurrido tan rápido que casi ni nos dimos cuenta y la mayoría fueron padres y madres, otros incursionaron en la política y salieron más espantados y odiando al partido.
Somos aquel sueño que no se se pudo vivir pero se siguió soñando.
Ya que ahora estamos frente a pantallas y viviendo de recuerdos.
Hemos roto todas las cadenas de comunicación con nuestros antiguos compañeros de bailes para que sea menos doliente.
Para preservar algo intacto.
Somos la generación perdida que apenas vio a los militares en el país pero en su lugar vimos tantos presidentes...tantos desastres.
Una y otra vez todo se iba cuesta abajo y nosotros no podíamos hacer nada significativo, votamos desde los dieciseises años y nunca un candidato nos compro esto incluye a los militantes.
Sacamos fotos memoriales de las tragedias grandes y allí se encuentran como grietas en nuestros corazones, hemos sufrido bajas en nuestras filas.
Ya no somos niños algunos han "triunfado" detrás de un escritorio con medicamentos para la presión.
Otros se durmieron literalmente en los laureles de glorias pasadas.
Todos medicados.
Estuvimos ahí cuando la bulimia y la anorexia se pusieron de moda junto a drogas de bajo costo monetario y alto para la salud.
Ya cerveza no tenía el mismo gusto y nos dimos cuenta que el tiempo (implacable enemigo) seguía persiguiéndonos.
Hasta que nos cazo.
Soy de la generación que no debió ser.
Fuimos un sueño.
Tanta esperanza, tanta novedad bien recibida, tan poco odio al prójimo teníamos y tanto amor para dar...
Observen como nos destruyeron.
Una generación que camina entre sombras eso somos hoy.
Quizás sea demasiado porteño y propio lo que escribo pero es lo que paso.