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domingo, 25 de junio de 2017

"Literalmente ella"

Como un león enjaulado ella caminaba,desesperada,angustiada,al borde del llanto,al borde de romper todo e irse donde nadie la conociera.
Y dejar todo absolutamente todo atrás.
Al pensar esa frase se detuvo en seco.
¿Ella irse y perderse?
¡No!
Después de tanto luchar por tener su lugar en el mundo,no iba a irse.
Después de tantos exorcismos no podía abandonar así simplemente su paraíso.
Un lugar donde ella a golpes de alma había creado su mundo.
Donde había sepultado sentimientos y personas.
Donde aún las cenizas del último cigarrillo fumado por labios ajenos no terminaban de extinguirse.
Una burbuja literal,abismal,estruendosa,con algo de déspota,con otro poco de ironía,con una pizca de seducción,llena de fantasías de todas las clases,un lugar tan simple a la vista y tan complejo para algunas mentes que solo ella podía haber creado.
Y haber habitado tan felizmente en ella.
Pero en estos últimos meses se había vuelto casi un a cárcel.
Donde mirara encontraba un fantasma.
Un dolor profundo escondido tras una puerta listo para atacarla.
Todo se había vuelto gris.
La luz que ella se inventaba a fuerza de suspiros provocados y/o arrancados estaba agonizando.
Las fuerzas que regían su espíritu sufrían un gran declive.
En este abismo se encontraba y miraba a su alrededor.
No hubo alternativa se sentó en una ventana y dio rienda suelta a sus lágrimas.
Lloró por el pasado,por lo hecho y lo omitido.
Por los fracasos y los triunfos.
Por las ruinas de su alma y los monumentos que en ella había erigido.
Por sus trofeos y sus caídas.
Lloró.
Como cuando era niña y era un domingo y ya se había cansado de hablarles a sus muñecas,con ese mismo llanto lloró hoy.
Siendo toda una mujer.
Quizás de esta manera volvería a encaminar su vida.
Siempre y cuando las estrellas y la luna estuvieran a su favor.
Un ser noctambulo como ella atribuía poderes a la luna.
Y a tantas cosas más...
Ella que caminaba entre tumbas.
Ella que se sentaba a mirar como el mundo se tiraba al barranco y solo pedía que no le manchen la ropa con lodo.
Ella ahora estaba terminando por enésima vez sus lágrimas.
Y se estaban convirtiendo en ira.
Esa ira que la mantenía viva pero al borde.
La misma que la dejaba en cama o la hacía vestirse y querer salir a comerse el mundo de una palabra.
Siempre habían sido las palabras leídas u oídas las que movieran su mundo.
Esas pequeñas e imperceptibles palabras que ella usaba como trampolines.
Una palabra podía desatar un infierno de lujuria y pasión.
O de ira.
De nostalgia otras veces.
De angustia.
De frustración.
De todos los sentimientos experimentados por el ser humano pasaban por ella en forma de palabras.
El silencio era incomodo la mayoría de las veces.
Lo sabía necesario y lo codiciaba algunas veces,era humana al fin de cuentas.
Pero ella moría a palabras calladas.
Como había "nacido" a palabras escritas.
Se bajo de la ventana y secándose los últimos rastros de lágrimas en sus ojos fue hasta la habitación,una vez allí miro los libros pendientes se sintió desolada y defraudada;hacía más de dos meses que no tocaba uno.
Y hasta había uno sobre esas tierras lejanas y antiguas que ella tanto amaba.
Los cargo en sus brazos como niños y como a niños les dijo:
-Los leeré,viajaré con ustedes,aprenderé o lo que ustedes quieran,palabra.-
Suspiro por la boca y los volvió a dejar sobre su cómoda.
¿Tanto podía afectar a una persona una cantidad de eventos?
Si,no había dudas ella se sentía cada vez más estancada.
Pero era cuestión de horas.
Todo iba a terminar y ella volvería a pisar cráneos sin sentir piedad.
Podía ser tan cruel cuando se lo proponía o sin querer.
Ella que habita entre fantasmas.
Ella que pisaba tumbas y proclamaba los nombres de los enterrados con una sonrisa perversa en su rostro.
Ella que no permitía que las mentiras entraran en su casa.
Ella literalmente era un alma que había escapado de varios infiernos que ni Dante hubiera podido imaginar.
Ella había cantado mil veces canciones desesperadas que Neruda no había escrito.
Entre palabras gritadas,gemidas,leídas o por leer ella había alzado su dolor y lo había convertido en ira.
Otra vez.
Muy en el fondo le gustaba tener a mano algún recuerdo para lograr darle un brillo trágico a su vida.
Pero lo guardaba tan en el fondo y tan pocas veces lo relataba que había que conocerla muy bien para saber cuando lo usaba con dolor y cuando con desdén o con ironía.
-Un sueño-se dijo en voz alta mirando la cama-quizás necesite un sueño,ya no sueño más que pesadillas.
Un sueño al cuál aferrarme y cumplirlo.Tal vez sea la solución a este estado mental.-
Apretó fuerte sus parpados y sus manos.
Sus uñas se clavaron en sus palmas hasta hacerla abrir los puños y sus ojos.
Una palabra quedo flotando en el aire....
Era su solución.
Ahí literalmente su solución.
Todo resuelto en una palabra.