El dolor...
Cosa horrible si las hay los dolores físicos y ¿si son del alma o del corazón?
Peor aún para el que lo sufre.
Para dar un ejemplo pongamos el dolor de una muela.
¿Que se hace si nos duele una muela?
Primero: intentamos resistir el agudo dolor
Luego como no nos alcanza porque la dichosa muela sigue doliendo recurrimos a algún remedio casero como buches de sal o aspirinas todo sea para calmar ese dolor que a cada momento se hace más agudo,más fuerte y más molesto.
Ya al final cansados del dichoso dolor y las molestias que nos produce renegamos y decimos para que nuestra propia muela nos escuche "Voy a ir al dentista".
Y así terminamos acostados en el sofá de un dentista cualquiera que nos hace abrir bien grande la boca (para no decir nada encima) y que luego de varios minutos de escudriñar en nuestra boca con sus aparatejos nos pregunta :"¿Hace mucho que le molesta esta muela?"
Y ahí heridos en nuestro orgullo de perezosos le decimos "esta semana empezó".
A todo esto el o la dentista cualquiera sea su genero nos mira y farfulla un -Aja-
Ya a esta altura hemos mirado su silueta y su consultorio un par de veces obviamente.
Cuando nos dice -Hay que extirpar la muela,esta muy maltratada,tendría que haber venido este lunes cuando le comenzó el dolor pero..en fin-
Es en ese momento cuando nos damos cuenta que el o la dentista jamás nos creyó y que sabe a ciencia cierta que la muela nos viene fastidiando la vida hace un buen tiempo,sin embargo por alguna extraña razón lo calla y eso dentro de todo es un consuelo para nosotros.
Hasta aquí mi ejemplo práctico si lo gustan llamar así de lo que es un dolor físico.
Ahora el dolor del corazón del alma ¿quién lo cura?.
No hay médicos para ese tipos de dolores y si hay alguno no me fío de el.
Ahí esta mi dolor no se calma y cada día esta peor.
La esperanza me ha abandonado osea que la única solución es extirparlo de raíz.
Me veo a mi misma ejecutando esa operación y siento por anticipado el dolor y luego el vacío enorme en mi pecho.
Los días son largos y el dolor empeora.
Es punzante y sin embargo como buena masoquista en que me convierto a veces ese dolor es casi sensual y para seguir soñando con aquel dolor no lo extirpo y lo guardo en mi cabeza para antes de dormir pensar en el diez minutos e imaginar que en vez de dolor es alegría.
Los días acaban y comienzan y mi dolor me ahoga,me sofoca,literalmente me esta ahogando,es tan fuerte que me esta agotando las pocas fuerzas para soñar.
Heme aquí con mi dolor frente a un espejo aspiro hondo por la nariz y exhalo por la boca mientras intento(sin lograr un buen resultado) contener una lagrima que ya a empezado descender de mi ojo derecho hacia mi mejilla.
Allí mi dolor cobra todas sus fuerzas y me aplica uno de sus característicos puñales y todo mi ser empieza a temblar de dolor y los acompaña sus accesos de llanto pero saco fuerzas de donde no tengo casi o creo no tener y de un tirón,de un solo golpe extirpo para siempre mi dolor y junto a el sus recuerdos.
Y el vacío que dejo ahora no se nota y recién lo he extirpado.
No comprendo...