-Otro jueves de mes perdiendo el tiempo acá.-
Se dijo Larissa mientras esperaba en la incomoda y decadente oficina donde la atendía su psicólogo.
Ni un cuadro en la pared.
Ni una carpeta arriba del escritorio,solo una computadora un teléfono de línea y el celular del seudo doctor.
Hasta licenciado le quedaba grande.
Larissa había pasado casi toda su vida en terapia.
Una enfermedad neurológica la obligaba a eso.
Y este doctor fue nombrado para atenderla luego de un cambio que todos(con algunas excepciones) creyeron iba a dejarla en una total carencia.
Pero no fue así y no fue gracias a este terapeuta llamado Nahuel Maro.
Fue porque ella se preparó mental y físicamente lo más que pudo para resurgir como lo hizo.
Aferrada a sus grandes afectos de siempre y nuevos.
Sus eternos libros y sus escritos.
Algunas personas que se hicieron cada vez más imprescindibles en su vida, pero gracias al "inepto" como ella solía llamarlo no.
Siempre la vida le traía sorpresas y casi siempre malas.
Habías días que lo único que quería era llorar en los brazos de su madre y ni siquiera eso podía hacer.
Pero este día abrigaba un secreto en el alma.
Doloroso en extremo.
Fatal.
Sin embargo al haber pasado tanto tiempo de su vida entre expertos hablar con Maro no iba a ser la gran diferencia.
No le haría "ganar su bono de consulta" como otras veces decía cuando sentía que el mundo era demasiado hostil y al igual que Pizarnik decía que: Simplemente no era de este mundo.Y que ella habita con frenesí en la luna...".
No hoy no.
Su dolor era intenso pero había superado su prueba máxima.
No estaba sola.
Tampoco acompañada siempre le gusto el caos de los sentimientos aunque ahora sino era ella quien los iniciaba no quería caos en el alma y menos en el corazón.
Esa herida dolía de una manera que ella ya conocía y con unos años más y más cautelosa en mostrarse como era en realidad empezó a hablar de trivialidades.
¡Llegó a quejarse del esmalte de sus uñas!
A lo que Nahuel respondió: Y en esta época todo esta mejor es raro que pagando lo que pagas no estés conforme.
Larissa miro el cielo raso de ese cubiculo digno de una cucharacha y dijo: -En la peluquería las explotan son todas de otro país están en negro es realmente decadente.-
-Es por culpa de la gente eso,no se dan cuenta que así haciendo trabajar a inmigrantes sacan en el empleo a los argentinos y generan desempleos brutales y le echan la culpa a este gobierno.-
Respondió Nahuel.
Larissa suspiro y pensó.Listo le salto el facho que no ve nada malo ahora derivemos la conversación a la política y adiós,hasta el mes que viene.
Dicho y hecho.
Al mes siguiente elaboró un plan como para demostrar que no estaba sola y contarle su dolor su gran pérdida.
Todo iba bien ,excelente y se lo contó con poco sentimiento a lo que él respondió algo que hizo que Larissa quisiera estrangularlo.
Colgarlo literalmente de el pene en el Obelisco después de haberlo torturado por horas.
La frase que jamás debió pronunciar este licenciado en psicología fue esta:
-Setenta años; vivió mucho.-
Ella se aferró con fuerza a la silla para no desatar su ira con él.
La tristeza se vuelve ira y viceversa en su mente.
Se calmó escucho con ojos perversos todas sus comparaciones como la que los rayos y la quimio eran como porque le dolía un diente sacarse toda la dentadura.
Que la vida era el hoy.
Que no había inflación y que no sabía como ayudarla con un trámite.
Varias veces mientras el licenciado en ineptitud Nahuel Maro hablaba ella cabeceaba para volver a la habitación (cueva de ratas) y dejar de pensar ¿ESTO ME LO DICE ALGUIEN QUE DEBE CONSOLARME?¿QUE DEBE MARCARME EL CAMINO O MÍNIMO DARME UNA IDEA DE CUÁL ES EL CAMINO?
La re putisima madre este es un inepto.
En los tiempos que corren es tomar el celular y soltar todo y alguien en alguna apps te va a dar un consejo mucho mejor que estas mierdas que estoy escuchando.
Hasta creando un perfil en una apps me escucharán mejor y no tendría que venir hasta acá a oír esta sarta de idioteces.
Se cansó como se había cansado miles de veces y le dijo:
-Con vos me siento estática siempre acá,nunca un paso para adelante nunca.-
Nahuel sintió el pinchazo afilado del dardo envenado que Larissa le había enviado y solo masculló otra comparación tan idiota que no vale la pena ni siquiera transcribirla.
Larissa dueña de sí por haber llevado al incompetente a su rincón le tiro otra frase cargada de maldad sobre el mundo en general a lo que el licenciado ya casi en la lona a puntos de ser vencido otra vez por esta rival cambió de tema y se despidió cortésmente.
Larissa hizo otro tanto y se marchó.
Pago las facturas que había llevado en un local cerca del consultorio.
Se sacó un par de fotos ya que quería probar la camara del celular.
Camino por la avenida aviso que todo había salido bien.
Entró en una disquería y se frustro al no conseguir un cd que hacía tiempo buscaba.
Miro vidrieras y al final se fue a la parada del colectivo que la llevaría a su casa.
Una vez allá soltó todo.
Le sacó la ciudad de encima se desmaquillo y mientras lo hacía escribía lo que le había dicho Maro nadie lo podía creer.
Hizo encuestas en internet si setenta años hoy era mucho con todos los avances tecnológicos en la medicina y siempre logro la razón.
NO; NO ERAN MUCHOS.
Paso días investigando,recolectando datos,pensando en la frase y llegó a pensar si Maro no la habría estado probando para ver cuál era su reacción.
Pero luego recordando charlas conectando puntos,armando un rompecabezas mental llegó a la conclusión que no.
Fue la peor frase que pudo decir a un paciente en su vida.
Y la se la dijo a ella sobre una persona que era la tercera parte de su mundo.
Gran error.
Larissa no tendría escrúpulos esta vez.
Llegaba otro jueves con su cartera con facturas por pagar y su bono de consulta a ese reducto y ni saludo fue a los hechos.
-Nahuel sos un incompetente tengo miles de manías hasta toc's fobias de todo tipo y color y vos ni notas tomas sobre mi.
¡¿No te diste cuenta que me gustaba mucho ser el centro del universo,el ombligo del mundo,el alma de la fiesta sin fiesta?!.
¿Que a mi la vida no me cabe en ningún lugar?
¿Que a vos te uso?Porque me obligan porque sino ni mierda estoy acá prefiero estar en la plaza a la vuelta o simplemente en mi casa o lejos tuyo?
Ojo no soy tan imbécil como vos;sé que vos también me usas:yo soy tu forma de ganarte la vida...
Pues como te he mantenido varios años y veo que no te prive de nada dijo señalando el celular último modelo- ahora me vas a retribuir.
No quiero que digas nada ni un sonido en esta sesión.
¿Ok?-
-Larissa veo que estas muy nerviosa mejor el silencio.-
-Carajo carajo carajo mira Nahuel acá tengo que ser la dominatrix yo para todo si así fue siempre yo mando,yo gano,vos hablas tus estupideces sobre lo maravilloso del sistema y yo te hablo de mis "amigas" mujeres que hace veinte años que no veo y realmente no tengo muchas ganas de encontrarme con ellas,el tiempo cambia a las personas y en este caso veinte años es mucho no como setenta años para vivir porque teniendo en cuenta esa estadística tuya voy más allá de la mitad de mi vida...
¿Recuerdas?-
El licenciado sintio un escalofrio en la espalda pero no lograba recordar esa frase.
Larissa prosiguió como un huracán con la mirada prendida fuego y el alma llena de ira ya había llorado lo suficiente y si este inutil no la iba a ayudar mejor seguir con el plan que tan exhaustivamente se había armado en su cabeza mientras armaba el rompecabezas y conseguía datos.
-Nahuel Nahuel ¿sabes que yo no soy tan mal hablada? Pero ya me hiciste carajear todo el mugre mes.
Te toca.-
Pasó por encima del escritorio y lo empujó con silla y todo hacía la pared.
Abrió la computadora el muy bastardo la tenía en su facebook ella lo cerro elimino la cuenta y bloqueo su acceso.
Y le abrió un link.
Volvió meneando las caderas como una gata relamiéndose al otro lado del escritorio y le dijo:
-Ya que acá no sos capaz de poner siquiera tu titulo que yo encontré esta ahí en ese link lee eso para vos.
Es mi mayor anhelo desde el mes pasado.
Y no le digas a nadie pero soy obsesiva,compulsiva.-
Nahuel Maro abrió el link y para cuando había leído la mitad sus manos estaban temblando su cuerpo al borde del colapso.
Estaba leyendo como moriría.
Cuando ella noto eso y noto que él quería escapar le dijo con la voz más sarcástica que pudo encontrar:
-Tantas veces te dije que esta oficina me deprimía que esta ventila era inútil me equivoque.
La ventila de inútil no tiene nada el inutil sos vos.
Y para salir corriendo tendrías que pasar con encima mío y bajar un piso afuera no hay nadie que te oiga si gritas.
Ah por cierto acá tenés la cuerda y ahí la ventila.-
Nahuel desesperado busco su celular Larissa lo tenía entre sus dedos mientras borraba la memoria y sonreía.
Ni vio el telefono de linea.
Solo veía su cuerpo colgado de una soga en la pequeña ventila.
Ese era su fin.
Y así tal cuál estaba escrito en el link ella lo tomó del cuello le susurró:
-Inepto.Ya llegaron tus setenta años de vida.-
Y paso la cuerda por su cuello y la ató a la ventila.
Miro un par de segundos mientras él trataba de poner resistencia pero este era el caos que ella tanto amaba.
Su caos armado por ella para su deleite personal.
No el caos del mundo que él no veía.
Ni el caos de su mente.
Ni de su alma.
Rogo e imploro con el poco aliento que le quedaba que lo soltará pero Larissa azoto la puerta.
Y lo dejo colgado de la ventila.
Bajo un piso por escalera saludo y fue a pagar una factura luego se encendió un cigarrillo y se sentó en la plaza.
Miró el cielo y dijo:
-Ya sé debo dejar de fumar odiabas el olor a humo en mi pero...ps no seas así el mundo no lo va a extrañar mucho y la comunidad psicológica menos.
Ni hablar de sus otros pacientes.-