Aquí estoy después de aullar tan fuerte y dramáticamente.
Cansada, jadeante pero con un par de personas pasando por situaciones angustiosas como yo.
Vemos el mundo oscuro.
Desde pequeños nos han dicho en diferentes versiones que la vida es un camino y nos advirtieron que tendríamos que saltar obstáculos y que muchas de las decisiones que tomáramos serían para siempre.
Pero este camino... nos ha golpeado, tengo experiencia y escucho pacientemente a cada uno pero son como un rebaño.
Una manada.
No es exactamente lo que esperaba, son muy pequeños,muy jóvenes les faltan vivencias.
Un aullido más lúgubre.
Y encontré mucha gente sufriendo sin saber quién sería.
Buscan un líder a quien seguir y ¿tendré que ser yo?.
Aún no lo he decidido.
Puedo aconsejar como lo hice antes pero todo depende de si siguen o no mis consejos y hacia dónde van con ellos... y si el camino es más oscuro... si al girar a la derecha todo se vuelve cada vez más oscuro, yo Soy tan susceptible a todo
Allí lo haré un rato si me quieren idolatrar, tengo experiencia y soy el doble de malo.
Las personas que me rodean y yo les cuento mis dolores, varios sienten cosas similares, están más apegados a mí.
Intento quitarles el peso de encima para que su mochila no sea tan grande como la mía.
Dejemos que los caminos se tuerzan y se enderecen, pero eso requiere paciencia y tiempo.
La luna llena nos ilumina pero no será eterna.
Pero el dolor permanece en mi pecho.
Me han juzgado tan duramente por tener como por no tener.
Hacer o no hacer.
A mí me han castigado por casi todo, si no es uno es otra persona, pero tarde o temprano alguien se queja de lo que se hace, de lo que se compra, de lo que no se compra y de lo que no se hace.
Contradicciones que molestan y duelen.
Oprimen mi corazón como una bola de seda y lo magullan.
No importa cuánto intente explicarlo, ustedes simplemente no lo entenderían.
Es mi historia.
Son mis cicatrices y es como una maldición que por tantos kilómetros de vida sigo siendo juzgada y tengo que seguir alejándome de sus bocas incansables y de sus prejuicios de superioridad y minimalismo.
Aquí estoy, veo a lo lejos que ambos abandonan el grupo.
Se han enamorado y allí llegarán con su amor.
Son como cachorros.
Ya pasé por esto en mi adolescencia: mis amigos migraban de nuestra "manada" por turnos, la mayoría en parejas y algunos solos, y yo me quedaba.
Y por un tiempo también tomé decisiones pésimas como las que se habían ido de pareja pero me escapé.
Esa sensación de soledad en compañía vuelve a ser respirable, casi tangible.
Él me está persiguiendo ahora mismo, estoy corriendo una carrera mental contra él.
Que "los cachorritos" tomen los duros kilómetros que les quedan en el camino y hagan lo que quieran con mis consejos, mi dolor es fuerte y pensé que mi perseguidor era bueno...
El mío es un problema: no quiero engañarme pero me obligan a hacerlo y ahí es cuando me decepcionan.
Y muchas veces ha sido peor porque he delirado a tal punto que he visto cosas tan claras como la luna plateada y luego pasa el huracán y borra todo menos mi ilusión y el recuerdo se queda queriendo atraparme en su calor. .
Casualmente me refugio en algún recuerdo y lo transformo, le agrego partes, lo elimino, hago otra motivación porque el original ya no es tan claro y es como una colcha remendada que abriga pero a la vez incomoda.
Ahí van los "cachorros enamorados" me despido de ellos y de todos.
Fueron buenos conmigo, espero que hayan aprendido algo porque traté de mostrarles una alternativa que nunca tuve.
Que regresen a sus hogares.
Que huir es un dolor y sentirse perseguido es otro dolor mayor.
He permanecido en silencio.
Gran mentira mi cabeza nunca se calla.
Las garras de los tercos me retendrán para siempre.
Por eso me alejo y si soy lobo hasta he tenido cachorros... en esta luna plateada.
Veo las huellas y no me molesta, fue lindo que duró.
Esta vez no hay abandono... Les insto a regresar.
Sin dolor, no era el tipo de "lobos" que estaba buscando.
Tampoco pude quitar los dolores y la persecución; Mi corazón y mi alma siguen rotos.
Desesperada, estoy bajo la luna buscando más "lobos" como yo... que ya han perdido más y han sentido el peso del mundo bajo sus hombros, la crueldad del hombre y sus escrúpulos.
La mano dura del destino.
El terrible dolor de estar solo en compañía.
Rodeados de gente y sentirse solos...
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