Sus ojos dejan ver rastros de lágrimas.
Su porte ya no muestra ese excentricismo del cuál había blindado su ser cuando había creado esa burbuja.
Ya no brillaba pero iluminaba demasiado.
Era la luz de la luna la que competía con ella.
De pronto una ráfaga de viento movió su burbuja y un fénix saltó sobre ella rompiéndola y salpicando todo encima de la Ninfa.
Atrás corriendo al fénix venía una Musa que al pasar tropezó con una lágrima de las cuales habían quedando esparcidas por el aire cuando la burbuja se reventó, la Ninfa bañada en sus lágrimas miro con odio a la Musa y le grito:
-Imbécil-
-Si lo soy, lo tengo admitido.-
La furia de la Ninfa fue declinando, un ser que admitía ser un imbécil y corría tras un fénix no podía estar mejor que ella con su burbuja rota.
La Ninfa trato de agarrar al fénix quien se alejo y miro burlonamente, agito su cola y se preparaba para marcharse cuando la Musa le grito:
-¡Alto!-
La Ninfa ahora igual que su burbuja había reventado en cólera ¿para que quería la Musa al ave que había destruido su burbuja?¿ella era amiga o enemiga? tantas preguntas merecían respuestas.
-¿Para que quieres al fénix? Déjalo que se vaya ya bastante daño a causado.Eres más imbécil de lo que te crees.-Increpo la Ninfa
-Él me revivió estaba casi muerta por la crueldad humana y los que se atrevieron a transformarme de la Musa más amada en una Musa triste.
De llanto.
Me usaron.
No una sino mil veces.
Esos bastardos que se hacen llamar humanos.-
-No me hables de ellos.-Dijo la Ninfa con un tono entre lo despectivo y la tristeza.
-No puedo evitarlo ellos me habían elevado a un grado máximo y mira que he tenido que recurrir al fénix para volver a ser lo que era por eso te ruego no lo dejes marchar, él y yo debemos hablar.-
-Tu hablale cuanto quieras yo deseo una de sus plumas es lo mínimo que me puede dar ya que ha roto mi conjurada burbuja.-
El fénix y la Musa hablaron durante un rato mientras la Ninfa trataba de armar de nuevo su burbuja y observaba que ninguno se fuera llevándose algo.
Terminada la conversación la Musa le pregunto a la Ninfa para que quería una pluma de fénix a lo que la Ninfa respondió.
-Él ha roto mi burbuja y me mira cada vez que se aleja con gozo y cada vez que me ronda siento que me respira en la nuca, que siempre estuvo acá.
Quiero una pluma suya ya que no puedo tener su sangre.-
-Vamos Ninfa -Dijo la Musa- entre seres como nosotros no deberían haber mentiras ¿por que mientes así tan descaradamente?-
-¡No miento el fénix me mira y se burla de mi y su respiración esta anclada en mi espalda es una ráfaga de viento helado y caliente y parece que siempre ha estado ahí espiándome.
¡Lo siento puedo jurarlo!-
La Musa miro con desprecio a la Ninfa y le dijo:
-Mientes pequeña.-
-Ni pequeña ni adorada por los mortales ¡Ninfa de la Luna,del Mar,de lo incontrolable!-
-¿De la infidelidad y los excesos?
¿Del dolor y el desamor?
También de eso eres Ninfa-
-¡Yo he decido a quien adorar,yo he decido cuando bailar!-
-¡Mentira!-
Dijo una voz profunda.
Era el grifo amigo de la Ninfa.
-¡Mentira Ninfa tu has decido adorarme a cambio de que yo te ayudará a volver a ser la que eras,me debes a mi.-
-Aja que bien -dijo el fénix- una Ninfa que adora a un grifo vaya locura.-
-Podría decir otro tanto:una Musa que recibe ayuda de un fénix.-
Replico con los ojos en brasas el grifo.
-A ver amigo ellas nos necesitan para vivir aquí pero caminemos los cuatro y charlemos.-
-¿Hacía donde quieres ir ser mil veces renacido?-
El fénix hizo un gesto de halago con una mirada por demás maldita ya que decirle "renacido" era casi un insulto y le respondió:
-Al lago de cristal.-
-¿Seguro que quieres ir allí?-
-Si querido grifo vayamos allí para limar asperezas.-
Hacía el lago de cristal se dirigieron la Musa,el fénix,la Ninfa y el grifo con paso descuidado mientras la Musa miraba de reojo al grifo, al principio pero luego un suspiro del grifo la hizo arder.
Era el fuego que la había quemado no una sino millones de veces.
Era el fuego de su alma de Musa.
Paralizada y en estado de gozo quedo la Musa hasta que la Ninfa le dijo al grifo que no jugará con ella que bastante lo habían hecho los humanos,que ella entendía bien el dilema de la Musa era muy similar al de ella y los recuerdos podrían acabar su existir.
El grifo dejo de soplar y la Musa dejo escapar una lágrima de felicidad y siguió caminando.
Pronto la Ninfa y la Musa se sintieron extasiadas,hechizadas,embelesadas,estaban en un limbo de ingravidez que tanto el grifo como el fénix habían confabulado para ellas.
La Ninfa bailaba y gemía un nombre que apenas se dejaba oír en los labios.
La Musa irradiaba amor y también gemía otro nombre que tampoco se dejaba oír.
Destellaban,pasiones,locuras,lujurias,alegrías,hacían crecer árboles por donde pisaran demasiado fuerte,opacaban a las estrellas con sus ojos,pero ni el grifo ni el fénix lograron entender aquellos nombres que ellas pronunciaban...
-¿Serán nombres humanos cruel fénix?-
-Es probable implacable grifo.-
-Ahora si ya esta decido ellas necesitan venganza.-
¿Venganza de esos nombres que son imposibles de oír para nosotros? ¿Seguro que venganza?-
-O lo que ellas quieran.-
-Así me tienta más la idea.-
Dijo sarcásticamente el fénix-
-Y yo debo creerte que esa no era tu idea desde un comienzo...-
-He vivido tantas vidas que ...déjalo así grifo.-
-¿En esas vidas tuyas has ayudado alguna vez a una Musa?-
-No,es la primera vez pero conozco el descaro de los humanos y ella me ha contado sus atrocidades.-
-Yo tampoco había ayudado a una Ninfa pero cuando la vi en ese estado decadente también por culpa de los humanos y lo que le han hecho sentir a la Ninfa no pude hacer menos que tomarla bajo mi protección.-
-Es raro lo admito seres como ellas- y tanto el grifo como el fénix se dieron vuelta para ver las maravillas que hacían la Ninfa y la Musa bajo su encantamiento- necesiten de seres como nosotros pero debemos seguir ayudandolas.-
-Sin duda,vamos al lago de cristal.-
-Aunque a mi la Musa me cansa-dijo el fénix- es muy mortal,vive mucho sobre el suelo.-
Asombrado el grifo respondió:
-Lo mismo me pasa con la Ninfa me harta con sus desvaríos de grandeza y vive demasiado en otro mundo.Se cree más de lo que es.-
-Cambiemos,tu te quedas con la Musa y yo con la Ninfa cuando las liberemos del hechizo se lo diremos¿de acuerdo amigo hecho de partes de ajenas?-
-De acuerdo ave de cola extensa.-
Las asperezas entre estos dos seres eran difíciles muy difíciles de limar.
-Jejejejeje eres astuto amigo grifo.-
-Si pero quedate tu con la Ninfa ella es lunar y acuática yo pertenezco más al sol y a sus dioses.-
-Lo sé y si me quedaré con la Ninfa que por cierto ya ha dejado una constelación nueva en el firmamento.-
-La Musa ya ha inspirado una melodía que a más tardar en media hora estarán entonando hasta los pájaros.-
-Extravagantes seres,poderosos y derrotados.-
-Si aunque aún no logro descifrar esos nombres que dicen.-
-Ni yo aunque he prestado atención y creo haber oído un par de nombres nuevos.-
¿En serio fénix?-
-Si grifo-
Y por primera vez ambos rieron.
Así siguió la caminata ellas hechizadas felices y dando rienda suelta a sus instintos y poderes y los dos seres que las ayudaban entre bromas y chistes empezaban a mirarse con otros ojos.
Algo bueno saldría de esta caminata...
Dos días caminaron hasta llegar al lago de cristal.
La Musa y la Ninfa hechizadas y balbuceando nombres que ni el grifo ni el fénix pudieron entender,solo dedujeron que eran nombres de seres mortales.
Al fin habían llegado al lago de cristal un hermoso lugar que no era lago, era una puerta interdimencional y que solo algunos sabían de su existencia y solo pocos seres sabían usar.
Mirando a la Ninfa el fénix dijo:
-Pobre niña tener que despertarla ahora cuando más bella se ve.-
Asombrado el grifo lo miro y pregunto:
-¿Entonces es cierto lo que ella siente al respecto de ti?-
-No lo siente por mi sino por alguien a quien a osado darle mi nombre y no logro entender quien es para asesinarlo yo mismo.-
Gruño el fénix.
-Tampoco me es fácil despertar a la Musa se ve tan esplendida casi me enamora...-Suspiro el grifo
-¿Casi?-
-Si,casi no caigo en tentaciones así.-
-¿Pero por que "casi"?-
-Es similar a lo tuyo con la Ninfa solo que a mi no me ha nombrado.-
Entre suspiros y miradas bajas los seres míticos despertaron de su encantamiento a la Ninfa y a la Musa.
Ellas al verse radiantes como hace tiempo que no lo estaban; la Ninfa primero se toco un brazo para comprobar que era ella luego no puedo contra su egocentrismo y se fue a mirar al lago donde quedó maravillada con su aspecto,la Musa se acariciaba su largo cabello y respiraba agitada pero feliz.
El grifo hablo primero y rompió todo exaltación antes creada para dejarlas en otra exaltación peor aún.-
-Musa ahora los favores me los deberás pedir a mi.
Ninfa tu deuda es con el fénix.-
Ambas se miraron y el sudor frío recorrió sus espaldas la Ninfa quiso argumentar pero el fénix la miró tan hondo que ella derramo una lágrima.
De esa lágrima el fénix creo una diadema con la lágrima como centro y se la coloco en la frente.
-Ahora Ninfa esta es mi marca.-
La Musa se acerco tímidamente al llamado del grifo quien haciendo un pase le arrancó una lágrima y sus sentimientos más ocultos y los transformó en una pulsera en su muñeca derecha.
-Ahora Musa esta es mi marca.-
Ambas se miraron sus nuevas marcas y no entendieron bien hasta que los seres se explayaron.
-Es nuestra decisión y ustedes nada pueden hacer.-Dijeron a coro el grifo y el fénix.
-Ahora que estamos aquí en el lago que somos dos seres poderosos-dijo el grifo-les damos a ustedes una oportunidad única van a ir a la Tierra mortal por eso les dimos nuestras marcas.
Van a ir por unos días terrestres recuerden que allá todo es más corto...
-El amor sobretodo es más corto-Dijo la Ninfa
-Pero el olvido es eterno.-Dijo la Musa
-Si,así es allí las banalidades corroen al hombre y ustedes serán casi humanas y caminaran como mortales entre mortales,lo que hagan allá no nos interesa.-
-¿Tenemos libertad completa?-
Pregunto la Ninfa
-Casi podrán usar sus poderes de una manera limitada pero tu no te refieres a ello ¿verdad Ninfa?-
-No,yo quiero saber si puedo derramar sangre mortal.-
-¿Y yo?
Pregunto asombrada de si misma la Musa.
-Si,si pueden pero deberán hacerlo a conciencia sabemos las heridas que les han provocado y pensamos que sería una buena venganza pero eso quedará en ustedes.-
Dijeron a coro los seres.
-Entonces yo voy.-
Dijo la Musa
-Y yo.-
Dijo la Ninfa.
-No olviden que no pueden perder nuestras marcas o estarán perdidas.-
Dijo el grifo.
La Ninfa se acaricio la frente y la Musa se toco la muñeca y asintieron.
Grifo y fénix conjuraron al lago y de allí una puerta se abrió con grandes escaleras de peldaños de oro macizo al comienzo y así desciendo por otros metales pero era demasiado extensa como para que se viera entera.
Musa y Ninfa empezaron a descender cuando el grifo y el fénix las empujaron en su caída; no hubo dolor pero sí cambios los largos cabellos de la Musa fueron cortados apenas y cambiados de color por un color más oscuro.
Los pies de la Ninfa tomaron otra apariencia más humana y su piel ya no era traslucida.
Sus ropas sufrieron también cambios.
Ahora tenían que fingir ser humanas.
Y pasar desapercibidas.
Estaban en la Tierra mortal.
En efecto estaban entre los mortales y casi eran parte de eso que llaman "humanidad".
Miraron asombradas los cambios que en ellas se habían efectuado y no estuvieron disconformes.
Las ropas de la Musa eran negras y las de la Ninfa azules.
Resaltaban sus cuerpos de las mortales.
La Ninfa era muy alta y tenía una mirada altiva que rozaba la perversión y la lujuria,sus cabellos eran negros como la noche llenos de bucles y su piel clara cremosa.
La Musa era exuberante de largos cabellos negros lacios,bellos ojos que incitaban al deseo,su piel era un poco más oscura y sus curvas eran más pronunciadas.
Pero ambas eran demasiado hermosas para esta tierra.
Caminaron y decidieron que buscarían a los culpables de su dolores.
Mientras caminaban la Ninfa le pregunto a la Musa¿como deberían llamarse en esta tierra?.
La Musa asombrada y desconcertada por la pregunta respondió:
-¿Tienes nombre?-
-Tenía-Hace años ya no lo recuerdo.-
-No quieres recordarlo,entonces que sea así seremos Musa y Ninfa.-
-Que sea.-
O sea ahora solo serán Ninfa y Musa.
Musa y Ninfa.
Y caminaron Ninfa miraba la luna y esperaba que estuviera llena cuando de pronto pasaron por un antro lleno de gente bebiendo y riendo.
Musa miro todo y algo nubloso vino a su mente en cambio Ninfa sabía que era eso era un bar donde los humanos bebían,se emborrachaban,festejaban y demás.
-Musa esto es un lugar muy bueno ven aquí conmigo.-
Dijo Ninfa señalando una silla.
Musa se sentó y trato de recordar ya sabía que era y para que servía y a regañadientes se sentó cuando llego el mozo y les pregunto que iban a beber Ninfa eligió unos tragos y el mozo se marcho.
Musa la miro con un gesto extraño,dudoso casi.
-Tranquila Musa es como las fiestas de Baco,solo que no es néctar ni ambrosía sino bebida barata,en realidad tampoco va conmigo pero debemos adaptarnos.-
-Si hay que fingir,mira allí hay dos hombres que nos miran,conozco esa mirada.-
El mozo deposito las copas.
Ninfa bebió un sorbo lo más tranquila y se tocó la diadema Musa olió el vaso y lo dejo a un costado con cara de repulsión.
Mientras tantos aquellos dos hombres hablaban y las miraban con ojos desorbitados obviamente los gestos de la Ninfa eran demasiado para ellos y las reacciones de la Musa también.
Estaban perdidos en ellas.
Iban a pagar por los demás.
Mientras Ninfa más acostumbrada a la fiesta y los excesos bebía su segunda copa y movía sus piernas al compás de la música Musa bebía de a sorbos su copa y movía la mano con la pulsera como agarrando la música.
Era tan poco para ellas.
La música era pobre.
Los tragos eran casi insípidos.
La noche se veía oscura,los edificios cubrían el cielo y la luna no estaba en su cenit.
Pero esos dos hombres no pudieron contra sus instintos varoniles y los efluvios que sin darse cuenta la Ninfa y la Musa despedían.
No era perfume.
Era su aroma natural.
Y para estos hombres era irresistible.
Se acercaron a ellas sin ningún temor pero embelesados.
-Hola hermosas ¿nos podemos sentar con ustedes y pagarles la próxima ronda de tragos?-
Dijo uno.
Ninfa lo miro no era él que ella buscaba y un dolor agudo oprimió su frente era la diadema.
Musa lo miro y al ver que tampoco era sintió lo mismo que Ninfa pero en su muñeca derecha y ambas se miraron y luego posaron sus miradas en el otro hombre tampoco era alguno de esos que ellas venían a buscar pero Ninfa respondió que sí,que se sentaran.
Ambos se sentaron e invitaron tragos, grande no, inmensa fue la sorpresa de ellos cuando preguntaron sus nombres y escucharon Ninfa y Musa por toda respuesta.
-¡Dios mío desde que las vimos sentimos que no eran de este planeta!-
-Jajaj no lo somos.-Se burlo Ninfa
Musa en cambio hizo crear un soneto al otro hombre mientras Ninfa solo lo humillaba.
Ninguna se dejaba tocar pero las palabras y los gestos llevaron a los hombres a un éxtasis tal que se abalanzaron sobre ellas y ellas con un simple movimiento los esquivaron y los dejaron llorando.
Como dos niños huérfanos .
Ahí en medio del bar rogando por ellas,gimiendo de dolor,sumidos en la más profunda angustia los dejaron y se marcharon.
Ninfa reía.
Musa al principio sintió dolor y pena luego recordó el soneto y se conformó un poco.
De pronto un trueno partió el cielo.
Se oyó terrible.
Fuerte.
Como iracundo.
Y luego otro más ensordecedor.
Ninfa empezó a llorar y a agarrarse la cabeza con desesperación.
Musa al verla así la tomo entre sus brazos y la acaricio,la contuvo hasta que Ninfa miro el cielo ya estaba en calma y balbuceo:
-Es Thor,me ha encontrado y ahora lo he de perder de nuevo.-
-¿Como tu y Thor?-
-Sí fui su esclava y a veces su amante,hace mucho tiempo.-
Gimió angustiada Ninfa.
-¿Como pierdes algo de lo cuál escapaste Ninfa?¿Que dices? Eres incompresible. Yo ya no entiendo a nadie.-
Dijo Musa en un suspiro.
Ninfa lloro tan cruelmente que se diría podría llenar otra burbuja con todas esas lágrimas y ese dolor más no fue así...
Thor la buscaba para perderla.
Ese era el miedo de Ninfa.
Pero vaya que era un miedo extravagante...como todo en ella aún siendo de apariencia mortal la diadema y su cuerpo le daban una apariencia tan extravagante que por pequeños momentos opacaban a Musa pero cada una con su encanto...y sus pasados.
Siguieron caminando; en un momento Musa diviso a lo lejos algo e hizo un esfuerzo para ver mejor eran dos mortales.
Uno le entregaba al otro unos papeles.
-¿Que pasa Musa que te concentras así?-
-Shhhhhhhhhhh silencio.-
Y el que recibía los papeles le entregaba otros más pequeños.
-¡Malditos!-
Grito Musa
-Como todos-
Replico Ninfa con desdén.
-No eso que lleva el hombre de camisa celeste es dinero y por él me han cambiado varias veces,aquí ese papel estúpido es el poder,gran poder necesitamos hacernos de él.-
-¿Del dinero?¿Para que?-
-Ya verás todo lo que haremos con él aquí entre estos mortales.-
Dijo Musa y tomo la muñeca de Ninfa y ambas casi levitando se acercaron al hombre y con un soplido de Musa y otro de Ninfa el hombre entregó todo el dinero que era mucho.-
Tan pronto como se lo entrego ellas desaparecieron pero Ninfa lo dejo llorando ya que en su soplido había aún un rastro de sus lágrimas.
-¡Que haremos con estos...?
-Billetes Ninfa se llaman billetes y haremos mucho compraremos ropa aún más deslumbrante,viajaremos buscaremos a esos y los encontraremos.-
-Para mi es simple papel.-
-Ya verás....-
Y vieron.
Ambas jamás hubieran imaginado que unos papeles escritos en lengua vulgar pudiesen tener tanto valor como tenían.
Empezaron comprandose ropa,accesorios,luego determinaron que necesitarían un lugar donde habitar y les recomendaron un hotel de altísimo nivel.
En la joyería Ninfa estaba encantada todo lo quería y todo hubiera comprado si no fuera porque entre la diadema que no se podía quitar y que con pocas cosas hacía juego y que Musa le ponía frenos se hubiera llevado la joyería entera.
Amaba el oro,los diamantes y sabía buscarlos únicos.
En eso era tan humana como extravagante, el mismo dueño que las atendió quedo atónito al ver la pulsera de Musa y la diadema de Ninfa.
Ninguna de sus joyas tenían comparación con esas dos piezas únicas.
Pero que ninguna podía sacarse.
Más tarde con muchas bolsas con todas sus compras regresaron al hotel donde por un momento tuvieron que usar sus poderes ya que ninguna tenía identificación encantaron con una mirada al recepcionista que les hizo apellidos y documentos para que pudieran ingresar en las habitaciones.
Ninfa había pedido una con vista a la pileta ya que no había mar cerca.
Musa quería una habitación con vista al cielo así que para su comodidad las ubicaron a ambas en el último piso donde podían ver el cielo y la pileta.
Tirada en medio de su cama estaba Ninfa pensando en el dinero.
Saco un vestido de una de las bolsas y ya estaba dispuesta a probárselo y hacer alarde de su belleza cuando el diamante de su cabeza le infringió un tremendo dolor,casi insoportable tanto que salió corriendo a la habitación de Musa pero se encontró con ella a medio camino agarrándose la muñeca y llorando de dolor.
Ambas entraron en la habitación de Musa y una aparición del grifo y el fénix se presento ante ellas.
Ambos enojados porque habían robado,las regañaron pero ambas dijeron que ellas no trabajarían para esos seres despreciables y en su postura se mantuvieron.
Como ambas tenían un carácter fuerte y testarudo el fénix y el grifo cedieron a condición que solo obtuvieran dinero regalado sinceramente o sea sin que ellas usaran sus poderes o detuvieran algún crimen como había sido el caso habían robado a un ladrón de guante blanco.
Al oír guante blanco se miraron extrañadas pero ellos les explicaron que donde estaban ellas en la tierra mortal los ladrones de guante blanco eran los más poderosos y nadie se ensuciaba las manos.
Así quedaron conformes los cuatros y a ellas les dejo de doler las marcas y la aparición se desvaneció no sin antes decir:
-Esperemos no tener que hacerlas sufrir otra vez-
Dijeron a coro los dos místicos animales.
Ninfa soltó su frente ya que el diamante que justo daba entre sus ojos le había provocado un dolor enorme.
Musa se acerco un paño mojado con agua helada y se lo coloco en la frente con cariño ahora no se miraban con recelo sino con el comienzo de algo nuevo.
Ninfa se dejo mimar era consentida en muchos aspectos y hasta algo aniñada.
Musa era más tolerante y madura pero en algunos aspectos jugaba a juegos peligrosos que la hacían caer en estados de niñez peores casi que los de Ninfa.
De ahí entre similitudes y diferencias ellas eran un gran todo.
Y estaban dispuestas a vivir para cambiar el destino de aquellos mortales que tanto daño les habían hecho.
No querían cambiar a la humanidad entera,lo sabían imposible,solo querían una especie de venganza.
Al otro día salieron y si en efecto en el mismo hotel donde ellas se alojaban habían de esos ladrones ...y a sus habitaciones entraron y saquearon.
Luego Musa pregunto a Ninfa:
-¿Como podrían hacer dinero?-
-Dijeron que trabajando y yo no quiero.-
-¿Y el azar?-
-De eso ni hablaron ¿verdad?-
-No.-
Dijo Musa y ambas supieron que hacer ...
El azar para ellas era fácil aún sin hacer trampas ni uso de sus poderes.
Fueron a un casino en una costa jugaron todo lo que habían conseguido y multiplicaron su ganancia por cien.
Eso por unos días más que suficiente.
De pronto el crupier las miro fijo pero no con deseo sino con intriga se les acerco y les dijo que parecían dos brujas,debido a su belleza a su suerte en el azar y a vencer a la casa.
Ninfa rió a carcajadas.
Musa hizo un coqueto gesto con su cabello y ambas partieron.
Al salir estaban tan cerca del mar que ninguna de las dos pudo resistirse y ambas se despojaron de sus ropas y accesorios y cada una por su lado se arrojaron al mar.
Ninfa sintió que caía al principio que volvía a perder todo,que su mundo se desmoronaba,que alguien la miraba,que su burbuja explotaba todo lo malo de su vida sintió al hacer contacto con ese mar...
Miro la luna estaba pequeña casi invisible y rodeada por una arandela blanca.
-Mala suerte-
Pensó,pero malo para los que habitan esta tierra a la que parece le han quitado el alma,las fuerzas,hasta el espíritu.
Es que acá todo es impuro y eso me fastidia.
Es más impuro de lo que yo creía.
-¡Musa mira esta agua!-
Grito Ninfa cogiendo entre sus manos un puñado de agua y mostrando su color.
-Lo sé Ninfa esta contaminada tendrás que nadar más profundo para encontrar agua pura.-
-¿Como sabes eso?-
-Me he codeado con humanos y hasta ellos se dan cuenta del color del agua.-
-He ahí que ha empezado tu tormento.-
-¿Por el agua?. No,nada más lejos que eso Ninfa.-
-Yo casi que me muero por unas tormentas...un mar...y eran todo lo humano que te puedas imaginar.-
-Tal vez porque nosotras sentimos el doble que ellos nos pasa así.-
-O el triple ellos no miden sus palabras ni sus actos,humanos vaya raza de hipócritas.Yo en todas mis infidelidades jamás fui infiel a mi palabra esa era casi mi regla número uno.-
-Ellos las reglas las hacen para romper.-
-Sobre todo ...-
-Y...-
Era raro pero solo ellas podían escuchar los nombres de aquellos mortales.
En realidad como todo en ellas era raro.
Musa se aburrió del agua pronto y fue a recostarse sobre la ropa y demás objetos suyos mirando la luna y pensando al igual que lo hizo Ninfa que esa luna era de desgracia para los mortales.
Pero ellas habían ganado fortuna de una forma legal.
Todo estaba en orden para ellas.
De momento claro está.
Ninfa nado y nado y nado hasta llegar a una zona donde el agua era más clara y allí se dejo llevar por la corriente.
El agua la hacía revivir.
Se daba sus fuerzas.
La calmaba.
Pero a veces la enfurecía.
O la deprimía de tal modo que sus lágrimas tenían sabor a sal.
Y en el pecho sentía una sensación terrible algo similar al rasguño de un ave de rapiña que le dejaba el corazón estrujado.
El mar era un eterno conflicto para ella.
¿Debería haber sido Sirena en lugar de Ninfa?
Muchas veces se lo había cuestionado pero siempre llego a la decisión que Ninfa era y le gustaba demasiado serlo.
Sus locuras,sus fiestas,su vida no era tan trágica para desear ser una Sirena.
Musa mientras tanto meditaba mirando la luna:el azar esta de nuestro lado pero necesito algo más...¿que necesito?.Estoy tan aburrida,tan cansada de esta rutina.
Ninfa regreso a la costa nadando y cuando puso un pie en la arena se largo a llover y quedo empapada de nuevo era una visión que fue bueno nadie viera;una Ninfa saliendo desnuda del mar bajo la lluvia.
Hubiera sido fatal.
Su cuerpo húmedo era casi una trampa mortal.
Ella misma se consideraba de otra persona.
Su cuerpo no era del todo suyo en su rebuscada cabeza.
Musa tampoco quedaba atrás en divagaciones mentales pero su cuerpo apenas cubierto y ahora vuelto a mojar era otra trampa pero un poco menos letal.
O eso suponían.
Juntaron sus cosas miraron el mar por última vez maldijeron a los humanos por tenerlo en ese estado tan calamitoso y se marcharon.
Caminaron bajo la lluvia.
Dos seres así con todos sus atractivos bajo la lluvia eran una bendición a los ojos masculinos.
Estaban casi al natural Musa no era de maquillarse ni de arreglarse en exceso pero Ninfa tenía que atraer todas miradas ser el centro de atención,hoy iban caminando bajo la lluvia con solo la ropas mojadas.
Parecían lo que eran.
Ya que el agua las rozaba como una cálida caricia y ninguna se preocupaba por la feroz tormenta.
En alguna forma eran parte de ella.
Mientras los demás buscaban refugio ellas simplemente caminaban,de vez en cuando un trueno asustaba a Ninfa pero su orgullo la hacía morderse el interior de la boca y callar sus lágrimas.
Alguna gota caía demasiado cerca del escote de Musa y ella suspiraba.
Caminaron y caminaron hasta llegar a un sitio donde abastecían bebidas y Musa creyó ver a alguien detuvo con una mano a Ninfa y se lo señalo.
Era un hombre,estaba sentado bebiendo una vulgar bebida humana y echando humo por la boca,miraba a su alrededor como buscando a alguien o a algo pero nada parecía confortarlo.
Musa lo miro y lo miro.
Su mirada era demasiado profunda y el hombre la notó.
Al verla un escalofrío recorrió su espalda pero Musa soplo y el escalofrío paso a ser deseo.
A lo lejos de ese hombre al cuál Musa se dirigía implacable había otro, que Ninfa no había notado, también bebía una vulgar bebida y al igual que el otro exhalaba humo y buscaba con un dejo de nostalgia a algo o a alguien.
Ninfa lo miro y tembló.
Eran ellos.
Dos de sus malditos.
Y en el mismo lugar....
Y ella así,sin maquillar (había aprendido esta costumbre mundana tan rápido que se le había convertido en una casi adición al igual que las gafas oscuras para Musa que apenas se quitaba) y con la ropa húmeda y tan simple.
Ese mortal merecía algo mejor, un castigo bien hecho pero no había opción era ahora o buscarlo y sus días en la tierra mortal estaban contados.
Así que hizo un movimiento con su cabeza y para secar un poco el pelo y acomodar la diadema y siguió mirando a aquel hombre...
La mirada de Ninfa tampoco era fácil de ignorar...
El hombre la miro de arriba abajo y también sintió un escalofrío que Ninfa transformó en sensación de admiración.
Ninfa respiro hondo acomodo sus ropas,movió su cabello,acaricio su diadema,abrió y cerro fuertemente los ojos y se dirigió hacía donde estaba aquel hombre.
Que al verla no pudo más que invitarla una copa.
Ninfa pidió lo mejor de la casa y le dijo al hombre que quitara esa cosa que emanaba humo.
Sonriente el caballero le pregunto si sufría alguna enfermedad a lo que ella rió y explico que ese humo para ella era nada.
Que los verdaderos humos habían sido los de Pompeya.
El hombre la miraba fijo pero no hechizado sino lleno de curiosidad en sus ojos se leía a las claras que había notado que Ninfa no era una mujer cualquiera.
Mientras tanto Musa probaba un cigarrillo pues así se llamaban esas cosas de exhalar humo y admitía que le gustaba al otro mortal.
Ese mortal también la miraba con un dejo de recelo,era como si quisiera verla sin ver,a Musa le sucedía lo mismo.
Se tomaban de las manos Musa le miraba las manos como si fueran dos gemas a las que tenía que proteger.
Ninfa le admitía al hombre ciertas cosas sobre el trago y los incendios de la historia y se miraban a los ojos.
Los ojos de ese hombre centelleaban Ninfa se perdía en ellos era como estar en el mar y volando al mismo tiempo.
Ambas se empezaron a incomodar ya que los dos hombres estaban sacando ventaja de sus debilidades y se buscaron entre la multitud.
Se encontraron.
Con un gesto basto para que ambas salieran y se encontraron afuera bajo la lluvia hablando.
-No sé si podré me trauma esa mirada de resucitado.-
Suspiraba cansada Ninfa y se acariciaba el centro de su diadema.
Musa agarraba su pulsera con la otra mano.
-Yo también dudo.-
-Hagámoslo es ahora o nunca.-
-Si.-
Y ambas entraron de nuevo al salón con el valor de su lado esta vez.
Mientras caminaban juntas una mujer sentada en una mesa exclamo:
-¡Tus musas se fueron de putas!-
Era una mujer muy parecida a Musa el mismo color de ojos mezclados y el cuerpo muy similar.
Otra mujer sentada frente a esta rió estrepitosamente y dijo.
-Cállate mujer, que bastante difícil es escribir y brindo porque junto a las musas se vayan las ninfas bien de putas.-
Y levantó la copa con su brazo extendido.
Esta mujer era más parecida a Ninfa en el tono de piel y el cuerpo.
Musa y Ninfa se detuvieron al verlas y oírlas.
Las miraron como si fueran dos criaturas extrañas cuando ahí las criaturas extrañas eran ellas.
Pero esas dos mujeres habían hablado sobre ellas.
¿Sobre ellas?
No podían averiguarlo ahora.
Firmes siguieron cada una rumbo a su mortal.
Que allí esperaban sin preocupación quizás con poco de ansias de no más de lo común.
Musa miro a Ninfa y con un gesto le indico que ella lo haría.
Y en efecto tomo la mano de aquel mortal y la puso sobre su pulsera.
El mortal empezó a hablar con otro tono más apasionado,más lujurioso,más desenfrenado.
Ninfa converso en estado normal con su mortal.
Pero esos ojos la traumaban era como si estuvieran mirando desde siempre.
Como si esos ojos fueran los de ella y los quiso para sí pero sabía que no podía tenerlos de un arrebato tomo la mano del hombre y la puso en el centro de su diadema,el hombre también cambio su forma de hablar.
Era más lujuriosa,era casi todo pecado lo que ese mortal decía.
Ambos hombres habían caído bajo su encanto.
Y ambas los apartaron de la muchedumbre con cuidado pero a la vez con desenfreno ellos las besaban,las acariciaban,les hacían promesas de amor que jamás cumplirían y que ya eran repetidas en aquellos oídos.
Buscaron una cabaña.
Un lugar donde pudieran refugiarse tanto de la vista de los demás mortales como de la luz de la luna que ahora resplandecía llena.
Ninfa miró al cielo vio la luna y se la mostró a Musa quien observo y observo la luna llena.
¿Que había pasado?
¿Por que de pronto la luna estaba llena?
¿Ninfa era la culpable?
¿O Musa?
¿O las dos?
¿O ninguna?
Ninguna supo responder pero la luna ejercía un extraño poder en ellas les daba y les quitaba fuerzas a voluntad ahora las cegaba con su luz.
Ninfa se la mostró al mortal quien dijo que estaba casi tan hermosa como ella.
Musa hizo otro tanto y el mortal dijo que estaba bella casi tanto como ella.
Si, algo tenía que ver la luna llena con ellas.
O con lo que estaban por hacer...
Pero era tarde habían encontrado una especie de casa con patio y sin dudarlo Ninfa expulso a sus habitantes sin que nadie más que ellas dos lo notaran y ya dentro los mortales se entregaban exaltados a sus pasiones.
Musa fumaba mirando a su mortal.
Ninfa bebía.
-Esos ojos son una tortura.-
Exclamo Ninfa.
-Me recuerdan algo no sé que pero algo me recuerdan.-
Dijo Musa.
-Si yo sé a que o a quien es él.-
Murmuro Ninfa con la mirada hacía otra parte queriendo disimular un dolor.
-A mi me enloquecen esas manos,esas palabras es como si hubiera vivido tanto como yo pero diferente.
Sabe demasiado para ser un mortal.-
-Si lo sé este también habla demasiado,casi me convence por ...-y las palabras quedaron flotando Ninfa jamás termino la frase,supo detenerse.
Había aprendido a callar en este mundo mortal.
Se mordería la lengua hasta dejarla en pedazos antes de terminar aquella frase.
Su orgullo en este momento era todo.
Bebió el último trago de un sorbo y camino hacía el mortal lo llevó afuera lo arrojó a una pileta y allí lo despojó de toda su ropa en un acto tan atroz como seductor,el mortal gemía de placer entre los besos y las caricias de Ninfa casi no participaba porque ella dominaba la situación con una agilidad increíble.
Solo podía gozar.
Para eso le alcanzaba el aire y el corazón.
Musa miro el comienzo y como una leona se arrojo arriba de el otro mortal.
Usurpo sus ropas de una manera casi igual que la de Ninfa solo que más brutal las ropas quedaron echas añicos desperdigadas por el suelo y entre besos húmedos y caricias tormentosas le hizo el amor de una manera rítmica y brutal.
Tampoco aquel hombre pudo más que gozar y gemir de placer.
Ellas los había desposeído de toda fuerza.
Pero en el fondo ambos luchaban y era dura su lucha las caricias de semejantes seres no eran fáciles de detener...
Pero allí quedaron satisfechos de amor,de lujuria.
Uno en una cama.
El otro sobre una hamaca en el patio.
Jamás saldrían de ese estado.
No volverían jamás a ser aquellos que fueron.
No había fuerza en ellos.
No había memoria.
No había nada.
Eran dos carcasas vacías.
Ninfa se volvió al hombre recostado en la hamaca y en un acto de piedad dijo:
-Ya esta Musa no los matemos,así como están quedaran por el resto de sus vidas.
Han pagado su ofensa.-
-Perfecto Ninfa yo tampoco quería matarlo.-
Replicó Musa mirando hacía la habitación.
Los taparon y allí los dejaron...
Pasaron días de silencio donde cada una pensaba en aquel mortal.
Por momentos Ninfa quería ir a buscarlo y devolverle la vida pero recordaba lo que él le había hecho y se detenía.
Musa sentía igual.
Decidieron irse a buscar otros mortales con quienes reemplazar a estos dos cuando recordaron a otros.
Eran más pequeños pero quizás por eso eran más lastimeros.
Más dolientes.
Tardaron más en encontrarlos ya que ellos debieron sustituir a los anteriores en su momento y ahora también debían tardar más en aparecer.
Eran otros parajes.
Otras tierras mortales,sierras en un caso,ríos en el otro pero los hallaron primero Musa castigo al suyo a pesar del color nítido de sus ojos hizo un conjuro que jamás se rompería: de una sola caricia lo dejo envuelto en una estupidez y soledad únicas.
Poco había en el mundo para este ser.
Ninfa fue menos piadosa y lo hechizó dejándolo en su triste penar,con un recuerdo de ella vago.
A pesar lo mucho que su sonrisa la hubiera perturbado
Era similar al otro encantamiento que había ejercido pero este había sido al borde del mar y por ende había más poder y con menos esfuerzo.
Cuanto dolor tenían ellas dos a pesar de sus venganzas.
Los dos mortales últimos habían sido muy difíciles de castigar ellas sentían por ellos una rara mezcla de sentimientos.
Sin embargo ...
Esos mortales habían corroído sus almas de tal manera que jamás serían las mismas.
Ahora entre el dolor y la sensación de lujuria que tenían por sus venganzas necesitaban más y se vengaron de todos los que si quiera se habían fijado en ellas en otros remotos tiempos.
Uno a uno fueron cayendo,victimas de sus trampas.
Cuando una noche repasaban sentadas en un carretera discutían que hacer ahora,seguir,liberarlos,cuando una voz en el interior de Ninfa grito casi ahogado en llanto:
-Sálvame.-
No era una voz era la voz.
La voz de aquel primero.
La voz de aquel segundo.
La voz de todos.
La voz del fénix.
Ninfa toco su diadema e invoco a su ayuda tan concentrada estaba que no vio a Musa temblar de ira y tristeza cuando un soneto escrito a su nombre sonaba solo en sus oídos y desesperada invocaba al grifo.
Ninguno apareció.
No hubo visión alguna,ni ayuda.
-¡Maldito fénix!-
-¡Maldito grifo!-
Siguieron con los sonidos varios días,meses,donde ellas salían cada noche a beber y a castigar si algún hombre se les acercaba.
No querían amores nuevos.
Ni nuevas víctimas así que solo los dejaban llorando.
Iban a casinos y ganaban cantidades incontables de dinero que guardaban o gastaban.
Vivían como humanas.
Pero el eterno ruido de sus cabezas ahí estaba.
Riguroso.
Violento.
Tirano.
Tan déspota como ellos habían sido con ellas.
Decidieron liberarlos después de una noche más de bebidas...
Pero la noche mortal es larga y ellas aún están bailando...
Ninfa hace acrobacias alrededor de un caño.
Musa baila arriba de la mesa.
Y ya nadie las increpa.
Nadie las mira exaltado.
En sus bolsillos tienen montones de dinero,en sus cuerpos una belleza vital y ellas siguen bailando ...
Por ahí Musa baja y enciende un cigarrillo mientras Ninfa bebé un trago que ya no le parece tan vulgar pero que aún no le sabe a ambrosía ...
Pero tanto la Ninfa como la Musa están de juerga y como habían dicho aquellas dos mortales estaban de putas.
Y la noche perdura...
Hasta que rompan las joyas.
¿Tal vez?
Hacía el lago de cristal se dirigieron la Musa,el fénix,la Ninfa y el grifo con paso descuidado mientras la Musa miraba de reojo al grifo, al principio pero luego un suspiro del grifo la hizo arder.
Era el fuego que la había quemado no una sino millones de veces.
Era el fuego de su alma de Musa.
Paralizada y en estado de gozo quedo la Musa hasta que la Ninfa le dijo al grifo que no jugará con ella que bastante lo habían hecho los humanos,que ella entendía bien el dilema de la Musa era muy similar al de ella y los recuerdos podrían acabar su existir.
El grifo dejo de soplar y la Musa dejo escapar una lágrima de felicidad y siguió caminando.
Pronto la Ninfa y la Musa se sintieron extasiadas,hechizadas,embelesadas,estaban en un limbo de ingravidez que tanto el grifo como el fénix habían confabulado para ellas.
La Ninfa bailaba y gemía un nombre que apenas se dejaba oír en los labios.
La Musa irradiaba amor y también gemía otro nombre que tampoco se dejaba oír.
Destellaban,pasiones,locuras,lujurias,alegrías,hacían crecer árboles por donde pisaran demasiado fuerte,opacaban a las estrellas con sus ojos,pero ni el grifo ni el fénix lograron entender aquellos nombres que ellas pronunciaban...
-¿Serán nombres humanos cruel fénix?-
-Es probable implacable grifo.-
-Ahora si ya esta decido ellas necesitan venganza.-
¿Venganza de esos nombres que son imposibles de oír para nosotros? ¿Seguro que venganza?-
-O lo que ellas quieran.-
-Así me tienta más la idea.-
Dijo sarcásticamente el fénix-
-Y yo debo creerte que esa no era tu idea desde un comienzo...-
-He vivido tantas vidas que ...déjalo así grifo.-
-¿En esas vidas tuyas has ayudado alguna vez a una Musa?-
-No,es la primera vez pero conozco el descaro de los humanos y ella me ha contado sus atrocidades.-
-Yo tampoco había ayudado a una Ninfa pero cuando la vi en ese estado decadente también por culpa de los humanos y lo que le han hecho sentir a la Ninfa no pude hacer menos que tomarla bajo mi protección.-
-Es raro lo admito seres como ellas- y tanto el grifo como el fénix se dieron vuelta para ver las maravillas que hacían la Ninfa y la Musa bajo su encantamiento- necesiten de seres como nosotros pero debemos seguir ayudandolas.-
-Sin duda,vamos al lago de cristal.-
-Aunque a mi la Musa me cansa-dijo el fénix- es muy mortal,vive mucho sobre el suelo.-
Asombrado el grifo respondió:
-Lo mismo me pasa con la Ninfa me harta con sus desvaríos de grandeza y vive demasiado en otro mundo.Se cree más de lo que es.-
-Cambiemos,tu te quedas con la Musa y yo con la Ninfa cuando las liberemos del hechizo se lo diremos¿de acuerdo amigo hecho de partes de ajenas?-
-De acuerdo ave de cola extensa.-
Las asperezas entre estos dos seres eran difíciles muy difíciles de limar.
-Jejejejeje eres astuto amigo grifo.-
-Si pero quedate tu con la Ninfa ella es lunar y acuática yo pertenezco más al sol y a sus dioses.-
-Lo sé y si me quedaré con la Ninfa que por cierto ya ha dejado una constelación nueva en el firmamento.-
-La Musa ya ha inspirado una melodía que a más tardar en media hora estarán entonando hasta los pájaros.-
-Extravagantes seres,poderosos y derrotados.-
-Si aunque aún no logro descifrar esos nombres que dicen.-
-Ni yo aunque he prestado atención y creo haber oído un par de nombres nuevos.-
¿En serio fénix?-
-Si grifo-
Y por primera vez ambos rieron.
Así siguió la caminata ellas hechizadas felices y dando rienda suelta a sus instintos y poderes y los dos seres que las ayudaban entre bromas y chistes empezaban a mirarse con otros ojos.
Algo bueno saldría de esta caminata...
Dos días caminaron hasta llegar al lago de cristal.
La Musa y la Ninfa hechizadas y balbuceando nombres que ni el grifo ni el fénix pudieron entender,solo dedujeron que eran nombres de seres mortales.
Al fin habían llegado al lago de cristal un hermoso lugar que no era lago, era una puerta interdimencional y que solo algunos sabían de su existencia y solo pocos seres sabían usar.
Mirando a la Ninfa el fénix dijo:
-Pobre niña tener que despertarla ahora cuando más bella se ve.-
Asombrado el grifo lo miro y pregunto:
-¿Entonces es cierto lo que ella siente al respecto de ti?-
-No lo siente por mi sino por alguien a quien a osado darle mi nombre y no logro entender quien es para asesinarlo yo mismo.-
Gruño el fénix.
-Tampoco me es fácil despertar a la Musa se ve tan esplendida casi me enamora...-Suspiro el grifo
-¿Casi?-
-Si,casi no caigo en tentaciones así.-
-¿Pero por que "casi"?-
-Es similar a lo tuyo con la Ninfa solo que a mi no me ha nombrado.-
Entre suspiros y miradas bajas los seres míticos despertaron de su encantamiento a la Ninfa y a la Musa.
Ellas al verse radiantes como hace tiempo que no lo estaban; la Ninfa primero se toco un brazo para comprobar que era ella luego no puedo contra su egocentrismo y se fue a mirar al lago donde quedó maravillada con su aspecto,la Musa se acariciaba su largo cabello y respiraba agitada pero feliz.
El grifo hablo primero y rompió todo exaltación antes creada para dejarlas en otra exaltación peor aún.-
-Musa ahora los favores me los deberás pedir a mi.
Ninfa tu deuda es con el fénix.-
Ambas se miraron y el sudor frío recorrió sus espaldas la Ninfa quiso argumentar pero el fénix la miró tan hondo que ella derramo una lágrima.
De esa lágrima el fénix creo una diadema con la lágrima como centro y se la coloco en la frente.
-Ahora Ninfa esta es mi marca.-
La Musa se acerco tímidamente al llamado del grifo quien haciendo un pase le arrancó una lágrima y sus sentimientos más ocultos y los transformó en una pulsera en su muñeca derecha.
-Ahora Musa esta es mi marca.-
Ambas se miraron sus nuevas marcas y no entendieron bien hasta que los seres se explayaron.
-Es nuestra decisión y ustedes nada pueden hacer.-Dijeron a coro el grifo y el fénix.
-Ahora que estamos aquí en el lago que somos dos seres poderosos-dijo el grifo-les damos a ustedes una oportunidad única van a ir a la Tierra mortal por eso les dimos nuestras marcas.
Van a ir por unos días terrestres recuerden que allá todo es más corto...
-El amor sobretodo es más corto-Dijo la Ninfa
-Pero el olvido es eterno.-Dijo la Musa
-Si,así es allí las banalidades corroen al hombre y ustedes serán casi humanas y caminaran como mortales entre mortales,lo que hagan allá no nos interesa.-
-¿Tenemos libertad completa?-
Pregunto la Ninfa
-Casi podrán usar sus poderes de una manera limitada pero tu no te refieres a ello ¿verdad Ninfa?-
-No,yo quiero saber si puedo derramar sangre mortal.-
-¿Y yo?
Pregunto asombrada de si misma la Musa.
-Si,si pueden pero deberán hacerlo a conciencia sabemos las heridas que les han provocado y pensamos que sería una buena venganza pero eso quedará en ustedes.-
Dijeron a coro los seres.
-Entonces yo voy.-
Dijo la Musa
-Y yo.-
Dijo la Ninfa.
-No olviden que no pueden perder nuestras marcas o estarán perdidas.-
Dijo el grifo.
La Ninfa se acaricio la frente y la Musa se toco la muñeca y asintieron.
Grifo y fénix conjuraron al lago y de allí una puerta se abrió con grandes escaleras de peldaños de oro macizo al comienzo y así desciendo por otros metales pero era demasiado extensa como para que se viera entera.
Musa y Ninfa empezaron a descender cuando el grifo y el fénix las empujaron en su caída; no hubo dolor pero sí cambios los largos cabellos de la Musa fueron cortados apenas y cambiados de color por un color más oscuro.
Los pies de la Ninfa tomaron otra apariencia más humana y su piel ya no era traslucida.
Sus ropas sufrieron también cambios.
Ahora tenían que fingir ser humanas.
Y pasar desapercibidas.
Estaban en la Tierra mortal.
En efecto estaban entre los mortales y casi eran parte de eso que llaman "humanidad".
Miraron asombradas los cambios que en ellas se habían efectuado y no estuvieron disconformes.
Las ropas de la Musa eran negras y las de la Ninfa azules.
Resaltaban sus cuerpos de las mortales.
La Ninfa era muy alta y tenía una mirada altiva que rozaba la perversión y la lujuria,sus cabellos eran negros como la noche llenos de bucles y su piel clara cremosa.
La Musa era exuberante de largos cabellos negros lacios,bellos ojos que incitaban al deseo,su piel era un poco más oscura y sus curvas eran más pronunciadas.
Pero ambas eran demasiado hermosas para esta tierra.
Caminaron y decidieron que buscarían a los culpables de su dolores.
Mientras caminaban la Ninfa le pregunto a la Musa¿como deberían llamarse en esta tierra?.
La Musa asombrada y desconcertada por la pregunta respondió:
-¿Tienes nombre?-
-Tenía-Hace años ya no lo recuerdo.-
-No quieres recordarlo,entonces que sea así seremos Musa y Ninfa.-
-Que sea.-
O sea ahora solo serán Ninfa y Musa.
Musa y Ninfa.
Y caminaron Ninfa miraba la luna y esperaba que estuviera llena cuando de pronto pasaron por un antro lleno de gente bebiendo y riendo.
Musa miro todo y algo nubloso vino a su mente en cambio Ninfa sabía que era eso era un bar donde los humanos bebían,se emborrachaban,festejaban y demás.
-Musa esto es un lugar muy bueno ven aquí conmigo.-
Dijo Ninfa señalando una silla.
Musa se sentó y trato de recordar ya sabía que era y para que servía y a regañadientes se sentó cuando llego el mozo y les pregunto que iban a beber Ninfa eligió unos tragos y el mozo se marcho.
Musa la miro con un gesto extraño,dudoso casi.
-Tranquila Musa es como las fiestas de Baco,solo que no es néctar ni ambrosía sino bebida barata,en realidad tampoco va conmigo pero debemos adaptarnos.-
-Si hay que fingir,mira allí hay dos hombres que nos miran,conozco esa mirada.-
El mozo deposito las copas.
Ninfa bebió un sorbo lo más tranquila y se tocó la diadema Musa olió el vaso y lo dejo a un costado con cara de repulsión.
Mientras tantos aquellos dos hombres hablaban y las miraban con ojos desorbitados obviamente los gestos de la Ninfa eran demasiado para ellos y las reacciones de la Musa también.
Estaban perdidos en ellas.
Iban a pagar por los demás.
Mientras Ninfa más acostumbrada a la fiesta y los excesos bebía su segunda copa y movía sus piernas al compás de la música Musa bebía de a sorbos su copa y movía la mano con la pulsera como agarrando la música.
Era tan poco para ellas.
La música era pobre.
Los tragos eran casi insípidos.
La noche se veía oscura,los edificios cubrían el cielo y la luna no estaba en su cenit.
Pero esos dos hombres no pudieron contra sus instintos varoniles y los efluvios que sin darse cuenta la Ninfa y la Musa despedían.
No era perfume.
Era su aroma natural.
Y para estos hombres era irresistible.
Se acercaron a ellas sin ningún temor pero embelesados.
-Hola hermosas ¿nos podemos sentar con ustedes y pagarles la próxima ronda de tragos?-
Dijo uno.
Ninfa lo miro no era él que ella buscaba y un dolor agudo oprimió su frente era la diadema.
Musa lo miro y al ver que tampoco era sintió lo mismo que Ninfa pero en su muñeca derecha y ambas se miraron y luego posaron sus miradas en el otro hombre tampoco era alguno de esos que ellas venían a buscar pero Ninfa respondió que sí,que se sentaran.
Ambos se sentaron e invitaron tragos, grande no, inmensa fue la sorpresa de ellos cuando preguntaron sus nombres y escucharon Ninfa y Musa por toda respuesta.
-¡Dios mío desde que las vimos sentimos que no eran de este planeta!-
-Jajaj no lo somos.-Se burlo Ninfa
Musa en cambio hizo crear un soneto al otro hombre mientras Ninfa solo lo humillaba.
Ninguna se dejaba tocar pero las palabras y los gestos llevaron a los hombres a un éxtasis tal que se abalanzaron sobre ellas y ellas con un simple movimiento los esquivaron y los dejaron llorando.
Como dos niños huérfanos .
Ahí en medio del bar rogando por ellas,gimiendo de dolor,sumidos en la más profunda angustia los dejaron y se marcharon.
Ninfa reía.
Musa al principio sintió dolor y pena luego recordó el soneto y se conformó un poco.
De pronto un trueno partió el cielo.
Se oyó terrible.
Fuerte.
Como iracundo.
Y luego otro más ensordecedor.
Ninfa empezó a llorar y a agarrarse la cabeza con desesperación.
Musa al verla así la tomo entre sus brazos y la acaricio,la contuvo hasta que Ninfa miro el cielo ya estaba en calma y balbuceo:
-Es Thor,me ha encontrado y ahora lo he de perder de nuevo.-
-¿Como tu y Thor?-
-Sí fui su esclava y a veces su amante,hace mucho tiempo.-
Gimió angustiada Ninfa.
-¿Como pierdes algo de lo cuál escapaste Ninfa?¿Que dices? Eres incompresible. Yo ya no entiendo a nadie.-
Dijo Musa en un suspiro.
Ninfa lloro tan cruelmente que se diría podría llenar otra burbuja con todas esas lágrimas y ese dolor más no fue así...
Thor la buscaba para perderla.
Ese era el miedo de Ninfa.
Pero vaya que era un miedo extravagante...como todo en ella aún siendo de apariencia mortal la diadema y su cuerpo le daban una apariencia tan extravagante que por pequeños momentos opacaban a Musa pero cada una con su encanto...y sus pasados.
Siguieron caminando; en un momento Musa diviso a lo lejos algo e hizo un esfuerzo para ver mejor eran dos mortales.
Uno le entregaba al otro unos papeles.
-¿Que pasa Musa que te concentras así?-
-Shhhhhhhhhhh silencio.-
Y el que recibía los papeles le entregaba otros más pequeños.
-¡Malditos!-
Grito Musa
-Como todos-
Replico Ninfa con desdén.
-No eso que lleva el hombre de camisa celeste es dinero y por él me han cambiado varias veces,aquí ese papel estúpido es el poder,gran poder necesitamos hacernos de él.-
-¿Del dinero?¿Para que?-
-Ya verás todo lo que haremos con él aquí entre estos mortales.-
Dijo Musa y tomo la muñeca de Ninfa y ambas casi levitando se acercaron al hombre y con un soplido de Musa y otro de Ninfa el hombre entregó todo el dinero que era mucho.-
Tan pronto como se lo entrego ellas desaparecieron pero Ninfa lo dejo llorando ya que en su soplido había aún un rastro de sus lágrimas.
-¡Que haremos con estos...?
-Billetes Ninfa se llaman billetes y haremos mucho compraremos ropa aún más deslumbrante,viajaremos buscaremos a esos y los encontraremos.-
-Para mi es simple papel.-
-Ya verás....-
Y vieron.
Ambas jamás hubieran imaginado que unos papeles escritos en lengua vulgar pudiesen tener tanto valor como tenían.
Empezaron comprandose ropa,accesorios,luego determinaron que necesitarían un lugar donde habitar y les recomendaron un hotel de altísimo nivel.
En la joyería Ninfa estaba encantada todo lo quería y todo hubiera comprado si no fuera porque entre la diadema que no se podía quitar y que con pocas cosas hacía juego y que Musa le ponía frenos se hubiera llevado la joyería entera.
Amaba el oro,los diamantes y sabía buscarlos únicos.
En eso era tan humana como extravagante, el mismo dueño que las atendió quedo atónito al ver la pulsera de Musa y la diadema de Ninfa.
Ninguna de sus joyas tenían comparación con esas dos piezas únicas.
Pero que ninguna podía sacarse.
Más tarde con muchas bolsas con todas sus compras regresaron al hotel donde por un momento tuvieron que usar sus poderes ya que ninguna tenía identificación encantaron con una mirada al recepcionista que les hizo apellidos y documentos para que pudieran ingresar en las habitaciones.
Ninfa había pedido una con vista a la pileta ya que no había mar cerca.
Musa quería una habitación con vista al cielo así que para su comodidad las ubicaron a ambas en el último piso donde podían ver el cielo y la pileta.
Tirada en medio de su cama estaba Ninfa pensando en el dinero.
Saco un vestido de una de las bolsas y ya estaba dispuesta a probárselo y hacer alarde de su belleza cuando el diamante de su cabeza le infringió un tremendo dolor,casi insoportable tanto que salió corriendo a la habitación de Musa pero se encontró con ella a medio camino agarrándose la muñeca y llorando de dolor.
Ambas entraron en la habitación de Musa y una aparición del grifo y el fénix se presento ante ellas.
Ambos enojados porque habían robado,las regañaron pero ambas dijeron que ellas no trabajarían para esos seres despreciables y en su postura se mantuvieron.
Como ambas tenían un carácter fuerte y testarudo el fénix y el grifo cedieron a condición que solo obtuvieran dinero regalado sinceramente o sea sin que ellas usaran sus poderes o detuvieran algún crimen como había sido el caso habían robado a un ladrón de guante blanco.
Al oír guante blanco se miraron extrañadas pero ellos les explicaron que donde estaban ellas en la tierra mortal los ladrones de guante blanco eran los más poderosos y nadie se ensuciaba las manos.
Así quedaron conformes los cuatros y a ellas les dejo de doler las marcas y la aparición se desvaneció no sin antes decir:
-Esperemos no tener que hacerlas sufrir otra vez-
Dijeron a coro los dos místicos animales.
Ninfa soltó su frente ya que el diamante que justo daba entre sus ojos le había provocado un dolor enorme.
Musa se acerco un paño mojado con agua helada y se lo coloco en la frente con cariño ahora no se miraban con recelo sino con el comienzo de algo nuevo.
Ninfa se dejo mimar era consentida en muchos aspectos y hasta algo aniñada.
Musa era más tolerante y madura pero en algunos aspectos jugaba a juegos peligrosos que la hacían caer en estados de niñez peores casi que los de Ninfa.
De ahí entre similitudes y diferencias ellas eran un gran todo.
Y estaban dispuestas a vivir para cambiar el destino de aquellos mortales que tanto daño les habían hecho.
No querían cambiar a la humanidad entera,lo sabían imposible,solo querían una especie de venganza.
Al otro día salieron y si en efecto en el mismo hotel donde ellas se alojaban habían de esos ladrones ...y a sus habitaciones entraron y saquearon.
Luego Musa pregunto a Ninfa:
-¿Como podrían hacer dinero?-
-Dijeron que trabajando y yo no quiero.-
-¿Y el azar?-
-De eso ni hablaron ¿verdad?-
-No.-
Dijo Musa y ambas supieron que hacer ...
El azar para ellas era fácil aún sin hacer trampas ni uso de sus poderes.
Fueron a un casino en una costa jugaron todo lo que habían conseguido y multiplicaron su ganancia por cien.
Eso por unos días más que suficiente.
De pronto el crupier las miro fijo pero no con deseo sino con intriga se les acerco y les dijo que parecían dos brujas,debido a su belleza a su suerte en el azar y a vencer a la casa.
Ninfa rió a carcajadas.
Musa hizo un coqueto gesto con su cabello y ambas partieron.
Al salir estaban tan cerca del mar que ninguna de las dos pudo resistirse y ambas se despojaron de sus ropas y accesorios y cada una por su lado se arrojaron al mar.
Ninfa sintió que caía al principio que volvía a perder todo,que su mundo se desmoronaba,que alguien la miraba,que su burbuja explotaba todo lo malo de su vida sintió al hacer contacto con ese mar...
Miro la luna estaba pequeña casi invisible y rodeada por una arandela blanca.
-Mala suerte-
Pensó,pero malo para los que habitan esta tierra a la que parece le han quitado el alma,las fuerzas,hasta el espíritu.
Es que acá todo es impuro y eso me fastidia.
Es más impuro de lo que yo creía.
-¡Musa mira esta agua!-
Grito Ninfa cogiendo entre sus manos un puñado de agua y mostrando su color.
-Lo sé Ninfa esta contaminada tendrás que nadar más profundo para encontrar agua pura.-
-¿Como sabes eso?-
-Me he codeado con humanos y hasta ellos se dan cuenta del color del agua.-
-He ahí que ha empezado tu tormento.-
-¿Por el agua?. No,nada más lejos que eso Ninfa.-
-Yo casi que me muero por unas tormentas...un mar...y eran todo lo humano que te puedas imaginar.-
-Tal vez porque nosotras sentimos el doble que ellos nos pasa así.-
-O el triple ellos no miden sus palabras ni sus actos,humanos vaya raza de hipócritas.Yo en todas mis infidelidades jamás fui infiel a mi palabra esa era casi mi regla número uno.-
-Ellos las reglas las hacen para romper.-
-Sobre todo ...-
-Y...-
Era raro pero solo ellas podían escuchar los nombres de aquellos mortales.
En realidad como todo en ellas era raro.
Musa se aburrió del agua pronto y fue a recostarse sobre la ropa y demás objetos suyos mirando la luna y pensando al igual que lo hizo Ninfa que esa luna era de desgracia para los mortales.
Pero ellas habían ganado fortuna de una forma legal.
Todo estaba en orden para ellas.
De momento claro está.
Ninfa nado y nado y nado hasta llegar a una zona donde el agua era más clara y allí se dejo llevar por la corriente.
El agua la hacía revivir.
Se daba sus fuerzas.
La calmaba.
Pero a veces la enfurecía.
O la deprimía de tal modo que sus lágrimas tenían sabor a sal.
Y en el pecho sentía una sensación terrible algo similar al rasguño de un ave de rapiña que le dejaba el corazón estrujado.
El mar era un eterno conflicto para ella.
¿Debería haber sido Sirena en lugar de Ninfa?
Muchas veces se lo había cuestionado pero siempre llego a la decisión que Ninfa era y le gustaba demasiado serlo.
Sus locuras,sus fiestas,su vida no era tan trágica para desear ser una Sirena.
Musa mientras tanto meditaba mirando la luna:el azar esta de nuestro lado pero necesito algo más...¿que necesito?.Estoy tan aburrida,tan cansada de esta rutina.
Ninfa regreso a la costa nadando y cuando puso un pie en la arena se largo a llover y quedo empapada de nuevo era una visión que fue bueno nadie viera;una Ninfa saliendo desnuda del mar bajo la lluvia.
Hubiera sido fatal.
Su cuerpo húmedo era casi una trampa mortal.
Ella misma se consideraba de otra persona.
Su cuerpo no era del todo suyo en su rebuscada cabeza.
Musa tampoco quedaba atrás en divagaciones mentales pero su cuerpo apenas cubierto y ahora vuelto a mojar era otra trampa pero un poco menos letal.
O eso suponían.
Juntaron sus cosas miraron el mar por última vez maldijeron a los humanos por tenerlo en ese estado tan calamitoso y se marcharon.
Caminaron bajo la lluvia.
Dos seres así con todos sus atractivos bajo la lluvia eran una bendición a los ojos masculinos.
Estaban casi al natural Musa no era de maquillarse ni de arreglarse en exceso pero Ninfa tenía que atraer todas miradas ser el centro de atención,hoy iban caminando bajo la lluvia con solo la ropas mojadas.
Parecían lo que eran.
Ya que el agua las rozaba como una cálida caricia y ninguna se preocupaba por la feroz tormenta.
En alguna forma eran parte de ella.
Mientras los demás buscaban refugio ellas simplemente caminaban,de vez en cuando un trueno asustaba a Ninfa pero su orgullo la hacía morderse el interior de la boca y callar sus lágrimas.
Alguna gota caía demasiado cerca del escote de Musa y ella suspiraba.
Caminaron y caminaron hasta llegar a un sitio donde abastecían bebidas y Musa creyó ver a alguien detuvo con una mano a Ninfa y se lo señalo.
Era un hombre,estaba sentado bebiendo una vulgar bebida humana y echando humo por la boca,miraba a su alrededor como buscando a alguien o a algo pero nada parecía confortarlo.
Musa lo miro y lo miro.
Su mirada era demasiado profunda y el hombre la notó.
Al verla un escalofrío recorrió su espalda pero Musa soplo y el escalofrío paso a ser deseo.
A lo lejos de ese hombre al cuál Musa se dirigía implacable había otro, que Ninfa no había notado, también bebía una vulgar bebida y al igual que el otro exhalaba humo y buscaba con un dejo de nostalgia a algo o a alguien.
Ninfa lo miro y tembló.
Eran ellos.
Dos de sus malditos.
Y en el mismo lugar....
Y ella así,sin maquillar (había aprendido esta costumbre mundana tan rápido que se le había convertido en una casi adición al igual que las gafas oscuras para Musa que apenas se quitaba) y con la ropa húmeda y tan simple.
Ese mortal merecía algo mejor, un castigo bien hecho pero no había opción era ahora o buscarlo y sus días en la tierra mortal estaban contados.
Así que hizo un movimiento con su cabeza y para secar un poco el pelo y acomodar la diadema y siguió mirando a aquel hombre...
La mirada de Ninfa tampoco era fácil de ignorar...
El hombre la miro de arriba abajo y también sintió un escalofrío que Ninfa transformó en sensación de admiración.
Ninfa respiro hondo acomodo sus ropas,movió su cabello,acaricio su diadema,abrió y cerro fuertemente los ojos y se dirigió hacía donde estaba aquel hombre.
Que al verla no pudo más que invitarla una copa.
Ninfa pidió lo mejor de la casa y le dijo al hombre que quitara esa cosa que emanaba humo.
Sonriente el caballero le pregunto si sufría alguna enfermedad a lo que ella rió y explico que ese humo para ella era nada.
Que los verdaderos humos habían sido los de Pompeya.
El hombre la miraba fijo pero no hechizado sino lleno de curiosidad en sus ojos se leía a las claras que había notado que Ninfa no era una mujer cualquiera.
Mientras tanto Musa probaba un cigarrillo pues así se llamaban esas cosas de exhalar humo y admitía que le gustaba al otro mortal.
Ese mortal también la miraba con un dejo de recelo,era como si quisiera verla sin ver,a Musa le sucedía lo mismo.
Se tomaban de las manos Musa le miraba las manos como si fueran dos gemas a las que tenía que proteger.
Ninfa le admitía al hombre ciertas cosas sobre el trago y los incendios de la historia y se miraban a los ojos.
Los ojos de ese hombre centelleaban Ninfa se perdía en ellos era como estar en el mar y volando al mismo tiempo.
Ambas se empezaron a incomodar ya que los dos hombres estaban sacando ventaja de sus debilidades y se buscaron entre la multitud.
Se encontraron.
Con un gesto basto para que ambas salieran y se encontraron afuera bajo la lluvia hablando.
-No sé si podré me trauma esa mirada de resucitado.-
Suspiraba cansada Ninfa y se acariciaba el centro de su diadema.
Musa agarraba su pulsera con la otra mano.
-Yo también dudo.-
-Hagámoslo es ahora o nunca.-
-Si.-
Y ambas entraron de nuevo al salón con el valor de su lado esta vez.
Mientras caminaban juntas una mujer sentada en una mesa exclamo:
-¡Tus musas se fueron de putas!-
Era una mujer muy parecida a Musa el mismo color de ojos mezclados y el cuerpo muy similar.
Otra mujer sentada frente a esta rió estrepitosamente y dijo.
-Cállate mujer, que bastante difícil es escribir y brindo porque junto a las musas se vayan las ninfas bien de putas.-
Y levantó la copa con su brazo extendido.
Esta mujer era más parecida a Ninfa en el tono de piel y el cuerpo.
Musa y Ninfa se detuvieron al verlas y oírlas.
Las miraron como si fueran dos criaturas extrañas cuando ahí las criaturas extrañas eran ellas.
Pero esas dos mujeres habían hablado sobre ellas.
¿Sobre ellas?
No podían averiguarlo ahora.
Firmes siguieron cada una rumbo a su mortal.
Que allí esperaban sin preocupación quizás con poco de ansias de no más de lo común.
Musa miro a Ninfa y con un gesto le indico que ella lo haría.
Y en efecto tomo la mano de aquel mortal y la puso sobre su pulsera.
El mortal empezó a hablar con otro tono más apasionado,más lujurioso,más desenfrenado.
Ninfa converso en estado normal con su mortal.
Pero esos ojos la traumaban era como si estuvieran mirando desde siempre.
Como si esos ojos fueran los de ella y los quiso para sí pero sabía que no podía tenerlos de un arrebato tomo la mano del hombre y la puso en el centro de su diadema,el hombre también cambio su forma de hablar.
Era más lujuriosa,era casi todo pecado lo que ese mortal decía.
Ambos hombres habían caído bajo su encanto.
Y ambas los apartaron de la muchedumbre con cuidado pero a la vez con desenfreno ellos las besaban,las acariciaban,les hacían promesas de amor que jamás cumplirían y que ya eran repetidas en aquellos oídos.
Buscaron una cabaña.
Un lugar donde pudieran refugiarse tanto de la vista de los demás mortales como de la luz de la luna que ahora resplandecía llena.
Ninfa miró al cielo vio la luna y se la mostró a Musa quien observo y observo la luna llena.
¿Que había pasado?
¿Por que de pronto la luna estaba llena?
¿Ninfa era la culpable?
¿O Musa?
¿O las dos?
¿O ninguna?
Ninguna supo responder pero la luna ejercía un extraño poder en ellas les daba y les quitaba fuerzas a voluntad ahora las cegaba con su luz.
Ninfa se la mostró al mortal quien dijo que estaba casi tan hermosa como ella.
Musa hizo otro tanto y el mortal dijo que estaba bella casi tanto como ella.
Si, algo tenía que ver la luna llena con ellas.
O con lo que estaban por hacer...
Pero era tarde habían encontrado una especie de casa con patio y sin dudarlo Ninfa expulso a sus habitantes sin que nadie más que ellas dos lo notaran y ya dentro los mortales se entregaban exaltados a sus pasiones.
Musa fumaba mirando a su mortal.
Ninfa bebía.
-Esos ojos son una tortura.-
Exclamo Ninfa.
-Me recuerdan algo no sé que pero algo me recuerdan.-
Dijo Musa.
-Si yo sé a que o a quien es él.-
Murmuro Ninfa con la mirada hacía otra parte queriendo disimular un dolor.
-A mi me enloquecen esas manos,esas palabras es como si hubiera vivido tanto como yo pero diferente.
Sabe demasiado para ser un mortal.-
-Si lo sé este también habla demasiado,casi me convence por ...-y las palabras quedaron flotando Ninfa jamás termino la frase,supo detenerse.
Había aprendido a callar en este mundo mortal.
Se mordería la lengua hasta dejarla en pedazos antes de terminar aquella frase.
Su orgullo en este momento era todo.
Bebió el último trago de un sorbo y camino hacía el mortal lo llevó afuera lo arrojó a una pileta y allí lo despojó de toda su ropa en un acto tan atroz como seductor,el mortal gemía de placer entre los besos y las caricias de Ninfa casi no participaba porque ella dominaba la situación con una agilidad increíble.
Solo podía gozar.
Para eso le alcanzaba el aire y el corazón.
Musa miro el comienzo y como una leona se arrojo arriba de el otro mortal.
Usurpo sus ropas de una manera casi igual que la de Ninfa solo que más brutal las ropas quedaron echas añicos desperdigadas por el suelo y entre besos húmedos y caricias tormentosas le hizo el amor de una manera rítmica y brutal.
Tampoco aquel hombre pudo más que gozar y gemir de placer.
Ellas los había desposeído de toda fuerza.
Pero en el fondo ambos luchaban y era dura su lucha las caricias de semejantes seres no eran fáciles de detener...
Pero allí quedaron satisfechos de amor,de lujuria.
Uno en una cama.
El otro sobre una hamaca en el patio.
Jamás saldrían de ese estado.
No volverían jamás a ser aquellos que fueron.
No había fuerza en ellos.
No había memoria.
No había nada.
Eran dos carcasas vacías.
Ninfa se volvió al hombre recostado en la hamaca y en un acto de piedad dijo:
-Ya esta Musa no los matemos,así como están quedaran por el resto de sus vidas.
Han pagado su ofensa.-
-Perfecto Ninfa yo tampoco quería matarlo.-
Replicó Musa mirando hacía la habitación.
Los taparon y allí los dejaron...
Pasaron días de silencio donde cada una pensaba en aquel mortal.
Por momentos Ninfa quería ir a buscarlo y devolverle la vida pero recordaba lo que él le había hecho y se detenía.
Musa sentía igual.
Decidieron irse a buscar otros mortales con quienes reemplazar a estos dos cuando recordaron a otros.
Eran más pequeños pero quizás por eso eran más lastimeros.
Más dolientes.
Tardaron más en encontrarlos ya que ellos debieron sustituir a los anteriores en su momento y ahora también debían tardar más en aparecer.
Eran otros parajes.
Otras tierras mortales,sierras en un caso,ríos en el otro pero los hallaron primero Musa castigo al suyo a pesar del color nítido de sus ojos hizo un conjuro que jamás se rompería: de una sola caricia lo dejo envuelto en una estupidez y soledad únicas.
Poco había en el mundo para este ser.
Ninfa fue menos piadosa y lo hechizó dejándolo en su triste penar,con un recuerdo de ella vago.
A pesar lo mucho que su sonrisa la hubiera perturbado
Era similar al otro encantamiento que había ejercido pero este había sido al borde del mar y por ende había más poder y con menos esfuerzo.
Cuanto dolor tenían ellas dos a pesar de sus venganzas.
Los dos mortales últimos habían sido muy difíciles de castigar ellas sentían por ellos una rara mezcla de sentimientos.
Sin embargo ...
Esos mortales habían corroído sus almas de tal manera que jamás serían las mismas.
Ahora entre el dolor y la sensación de lujuria que tenían por sus venganzas necesitaban más y se vengaron de todos los que si quiera se habían fijado en ellas en otros remotos tiempos.
Uno a uno fueron cayendo,victimas de sus trampas.
Cuando una noche repasaban sentadas en un carretera discutían que hacer ahora,seguir,liberarlos,cuando una voz en el interior de Ninfa grito casi ahogado en llanto:
-Sálvame.-
No era una voz era la voz.
La voz de aquel primero.
La voz de aquel segundo.
La voz de todos.
La voz del fénix.
Ninfa toco su diadema e invoco a su ayuda tan concentrada estaba que no vio a Musa temblar de ira y tristeza cuando un soneto escrito a su nombre sonaba solo en sus oídos y desesperada invocaba al grifo.
Ninguno apareció.
No hubo visión alguna,ni ayuda.
-¡Maldito fénix!-
-¡Maldito grifo!-
Siguieron con los sonidos varios días,meses,donde ellas salían cada noche a beber y a castigar si algún hombre se les acercaba.
No querían amores nuevos.
Ni nuevas víctimas así que solo los dejaban llorando.
Iban a casinos y ganaban cantidades incontables de dinero que guardaban o gastaban.
Vivían como humanas.
Pero el eterno ruido de sus cabezas ahí estaba.
Riguroso.
Violento.
Tirano.
Tan déspota como ellos habían sido con ellas.
Decidieron liberarlos después de una noche más de bebidas...
Pero la noche mortal es larga y ellas aún están bailando...
Ninfa hace acrobacias alrededor de un caño.
Musa baila arriba de la mesa.
Y ya nadie las increpa.
Nadie las mira exaltado.
En sus bolsillos tienen montones de dinero,en sus cuerpos una belleza vital y ellas siguen bailando ...
Por ahí Musa baja y enciende un cigarrillo mientras Ninfa bebé un trago que ya no le parece tan vulgar pero que aún no le sabe a ambrosía ...
Pero tanto la Ninfa como la Musa están de juerga y como habían dicho aquellas dos mortales estaban de putas.
Y la noche perdura...
Hasta que rompan las joyas.
¿Tal vez?